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josemarco

DEL PELIGRO DE SUERTE

DEL PELIGRO DE SUERTE

    Tengo entre mis manos el segundo poemario de la poeta zaragozana Marta Fuembuena.  Del peligro de suerte es un libro audaz, críptico, misterioso y muy sugerente. Marta, que recibió en 2009 el premio Candy Warhol por La excusa de los días, nos sorprende de nuevo con una poesía más allá de la razón, lindante con el azar y abierta a un futuro incierto, desafiante y estremecedor.

    La poeta cita al chileno Vicente Huidobro como aperitivo poético: "Hay que saltar del corazón al mundo / Hay que crear un poco de infinito para el hombre". Y es la utopía, el ansia de infinito, la búsqueda de la irrealidad lo que recorre gran parte de estos versos aparentemente sencillos pero preñados de un hondo lirismo. A Marta le gusta jugar con las metáforas, retorcer el lenguaje, huir de los tópicos, navegar por ese mar turbulento en que se ha convertido la vida. Una vida que es Peligro que es Suerte, dos palabras que encabezan sendas partes de esta antología.

     Desde la Visión primera (y última) del primer poema hasta el Peligro de suerte que cierra el libro, la poeta aragonesa se rebela contra lo efímero de la vida - "Estamos hechos de polvo esmeralda / y del otro / que es gris / ausente / nada" - y recurre a la pasión o a la aventura submarina buscando un supuesto consuelo que permanece oculto cual un escarabajo verde debajo de la almohada.  Los sueños se entrecruzan con una realidad teñida de rojo y negro. El rojo de la pasión, el negro de la muerte. Una muerte en vida, una vida ajena convertida en círulo futurista.

     Porque anochece a destiempo y la vida está surcada de falacias. De ahí que la suerte se convierta en una apuesta por el todo o nada - "Todo para que las luces nos iluminen /  y nos cieguen / todo para que se queden" -. De ahí que aflore a veces el recuerdo infantil, la batalla contra el olvido o la queja amarga de una generación "Dormida sin laureles / reventada de domingos".  Se trasluce en los últimos poemas la interinidad del ser humano en el mundo, el triunfo de lo efímero  - "El paso del tiempo / es la bomba que no se dejó caer" -, la inevitable existencia en un ámbito cada vez más hostil e insolidario ("De este mundo no nos vamos, nos echan").

    Eso y mucho más es lo que se desprende de estos poemas escritos a contratiempo, sin tregua, con un profundo análisis de la realidad más palpitante. Una poesía conceptual y visual al mismo tiempo, unos versos heridos por imágenes surrealistas y metáforas audaces, unas palabras transfiguradas en brasa, en llama, en doloroso mar de amor y en oleaje desasosegado.

     Plasmo uno de los poemas que dan título al libro como botón de muestra de esta densa antología:             

                                          LA SUERTE DEL PELIGRO

                                   Aprender a ir hasta allá dentro

                                   negro de la risa dormida

                                   última estancia de reencarnación posible.

                                   Recorrer la mecha expectante

                                   cuando todavía se oigan voces

                                   dejarse amamantar por la fiera

                                   y no evitar desangrarse.

                                   Aprender a ir hasta allá dentro

                                   al interior de las paredes sin nombre

                                   cuando de otros sean los gritos

                                   que nos paralizan.

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