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josemarco

REGRESOS

REGRESOS

     Después de unos días de desconexión, vuelvo de nuevo a mi blog. Han sido unos días de encuentros, reencuentros, lecturas, paseos, reflexión y de sosiego tanto físico como intelectual. Y ya estoy de regreso a la ciudad, a mi ciudad de adopción, a esta Zaragoza paradójica y contradictoria. Es como volver a empezar, recordando la oscarizada película de José Luis Garci. Porque la vuelta a la rutina - es deseable que sea una buena rutina - supone un esfuerzo complementario. El cuerpo se acostumbra a unos hábitos más relajados y la disciplina que nos espera a partir de mañana exige una buena mentalización.

      He puesto regresos porque en estos días de nomadismo, he vuelto de nuevo a la casa que me vio nacer, a la casa de mis padres y de mis abuelos maternos. Y han aflorado de nuevo los recuerdos, la nostalgia, el silencio de las habitaciones solitarias y de los muebles casi arrinconados. Y he recordado la canción de José Antonio Labordeta: "Regresaré a mi casa, la casa de mi padre, abriré las ventanas, y que la limpie el aire". Una letra profunda, punzante, inolvidable, que me ha acompañado mientras dejaba atrás los pueblos solitarios de las Cuencas Mineras al filo del crepúsculo e intentaba olvidar el pasado y entonar un canto al futuro, a un futuro inmediato, a un enero que nos deparará cada día sorpresas y nuevas vivencias.

     Acabamos de estrenar un año y los calendarios lucen su mejor cara. Los amigos, vecinos y conocidos intercambiamos buenos deseos y los 365 días de este año par se presentan plagados de efemérides. Unos días que avanzarán raudos, veloces y que no nos van a dejar un respiro. Por eso es bueno pensar y vivir cada una de las jornadas como un regalo, como una oportunidad más para salir de de la mala rutina, del hechizo de la monotonía, del dejarse llevar sin más. A pesar de la tópica cuesta de enero, siempre me ha gustado estrenar un año. Porque aprovechar cada uno de estos momentos fugaces puede darnos una satisfacción o sumirnos en la melancolía. La melancolía que he experimentado esta tarde al filo del crepúsculo y que me ha llevado a retomar estas páginas que quiero compartir con todos los que os molestáis en leerlas y me animáis a seguir adelante.

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