CHOPOS CABECEROS
En muchos valles de la provincia de Teruel, abundan los chopos cabeceros, esos árboles centenarios que exhiben sin recato una silueta marcada por el paso de los años y por los rigores invernales. Precisamente hace unos meses el chopo cabecero del Remolinar, en Aguilar de Alfambra, obtuvo el tercer puesto en la competición Árbol Europeo del Año. En Aliaga, tanto en el valle del río la Val como en el del río Guadalope, abundan estos ejemplares únicos, testigos mudos del paso del tiempo y señas de identidad de un paisaje agreste y pintoresco.
He escrito un soneto dedicado al chopo cabecero, como homenaje a estos árboles cada vez más escasos y deteriorados.
Exhibes en el seno de los valles
un perfil verdeante en primavera
y das cobijo desde la ribera
a los que huyen del ruido de las calles.
Testigo mudo de un fugaz pasado
muestras ya sin recato tus heridas
y acoges en tu seno aquellas vidas
que tu modesta sombra ha acariciado.
Aún albergas mil sueños de futuro,
soportas firme el paso de los años
y sufres los rigores invernales.
Tu silueta atraviesa el cielo oscuro
y no te desmoronas por los daños
de los desnudos meses otoñales.
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