CARLOS BOUSOÑO

Acaba de fallecer en Madrid el gran poeta asturiano Carlos Bousoño. Perteneciente a la generación de posguerra junto con José Hierro y Vicente Gaos, destacó además como investigador, docente y crítico literario. A él debemos los estudios sobre nuestro premio Nobel Vicente Aleixandre y el excelente libro Teoría de la expresión poética.
Durante su dilatada vida obtuvo varios galardones. Sólo le faltó el premio Cervantes. Pero, gracias a sus poemas y a sus ensayos literarios, se ha hecho merecedor de todos los elogios de la crítica y de los lectores. Además, fue profesor de alumnos de la talla de Mario Vargas Llosa, Claudio Rodríguez y Francisco Brines.
Como homenaje a este poeta, al que siempre he admirado, plasmo aquí un soneto en el que reflexiona con nostalgia del inevitable y universal tópico del paso del tiempo. (Tempus fugit)
Pasa la juventud, pasa la vida,
pasa el amor, la muerte también pasa
el viento, la amargura que traspasa
la patria densa, inmóvil y dormida.
Dormida en sueño para siempre, olvida.
Muertos y vivos en la misma masa
duermen común destino y dicha escasa.
Patria, profundidad, tierra perdida.
Piedra perdida, hundida, vivos, muertos,
España entera duerme ya su historia.
Los campos tristes y los cielos yertos.
Sobre el papeel escita está su gloria:
querer edificar en los desiertos;
aspirar a la luz más ilusoria.
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