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josemarco

VERANO DE 2018 (III)

Mientras escribo estas impresiones desde el antiguo solanar de mi casa, contemplo el paisaje único e irrepetible de la montaña que custodia la parte sur del valle del Guadalope, donde se asienta Aliaga. La mañana es fresca y apacible. Y el sol, después de la pequeña tormenta de anoche, brilla en todo su esplendor. Es el momento de montarse en bicicleta y recorrer las numerosas rutas que nos ofrece esta comarca turolense. Otros prefieren, sin embargo, pasear por el monte y contemplar el paisaje desde alguna eminencia. También hay algunos que se decantan por el "running", ya sea por la carretera o por los caminos vecinales.

Lo que todos desearíamos en este momento es que, una vez terminadas las vacaciones estivales, las diversas instituciones se pongan de acuerdo y comiencen a reparar los daños de la riada del pasado 27 de junio, empezando por los más importantes como los dos tramos afectados de la carretera a Miravete. Seguiría después la reparación de los puentes y de los caminos que bordean el río, sobre todo en la zona de Las Tablas. Y como prioridad, sería conveniente reparar las pasarelas que comunican Aliaga con Montoro y que tan buena aceptación han tenido tanto para los vecinos como para los turistas. Son deberes para después del verano, aunque algunos ya se deberían estar realizando.

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