TURIA
La palabra Turia nos evoca mucho a los turolenses, no sólo por el río que surge en Teruel después de la confluencia del Alfambra y del Guadalaviar sino, sobre todo, de esa revista cultural que desde hace veintidós años lleva el nombre de Teruel por todos los rincones del mundo.
Todavía recuerdo - y tengo entre manos - ese humilde y prometedor número cero, en 1983,en el que sus editores, capitaneados por el incansable Raúl Maicas se proponían "el relanzamiento del hecho cultural en nuestro medio cotidiano" y esa "necesidad de un nombre propio que en el aspecto cultural Teruel está necesitando". Después de más de veinte años, y hojeando el último número de Turia, el 75, compruebo que la publicación ha ido creciendo, ha madurado y no ha defraudado a sus lectores hasta el día de hoy. Si sus primeros colaboradores fueron personas de renombre como José Luis Aranguren, Carmen Conde, Pablo Serrano, Javier Tomeo, Francisco Ynduráin,...tampoco el último número desmerece un ápice de su germen inicial. Hay que destacar el cartapacio dedicado al escritor chileno Roberto Bolaño, fallecido prematuramente en el 2003 y que nos ha dejado como herencia una extraordinaria novela póstuma "2666"(Anagrama, 2004). Todo un reto para los amantes de la buena literatura. Pero Turia es, hoy por hoy, algo más: es creación, es originalidad, es compromiso, es tolerancia, es diversidad, es riqueza literaria, es un libro para deleitarse y esperar con impaciencia el número siguiente.
Quiero plasmar un breve poema de Ana María Navales, actual codirectora de la publicación y que en el número 0 de 1983 escribía: "Tal vez haya que volver a la rosa/y a la llama de gas que nos invade/cubrirle de veneno con ríos amaranta".("Del fuego secreto").
A veces es bueno vover la vista atrás y rescatar el pasado que nunca muere."
Todavía recuerdo - y tengo entre manos - ese humilde y prometedor número cero, en 1983,en el que sus editores, capitaneados por el incansable Raúl Maicas se proponían "el relanzamiento del hecho cultural en nuestro medio cotidiano" y esa "necesidad de un nombre propio que en el aspecto cultural Teruel está necesitando". Después de más de veinte años, y hojeando el último número de Turia, el 75, compruebo que la publicación ha ido creciendo, ha madurado y no ha defraudado a sus lectores hasta el día de hoy. Si sus primeros colaboradores fueron personas de renombre como José Luis Aranguren, Carmen Conde, Pablo Serrano, Javier Tomeo, Francisco Ynduráin,...tampoco el último número desmerece un ápice de su germen inicial. Hay que destacar el cartapacio dedicado al escritor chileno Roberto Bolaño, fallecido prematuramente en el 2003 y que nos ha dejado como herencia una extraordinaria novela póstuma "2666"(Anagrama, 2004). Todo un reto para los amantes de la buena literatura. Pero Turia es, hoy por hoy, algo más: es creación, es originalidad, es compromiso, es tolerancia, es diversidad, es riqueza literaria, es un libro para deleitarse y esperar con impaciencia el número siguiente.
Quiero plasmar un breve poema de Ana María Navales, actual codirectora de la publicación y que en el número 0 de 1983 escribía: "Tal vez haya que volver a la rosa/y a la llama de gas que nos invade/cubrirle de veneno con ríos amaranta".("Del fuego secreto").
A veces es bueno vover la vista atrás y rescatar el pasado que nunca muere."
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