LA ESCUELA DEL FRANQUISMO
Ayer tarde visité en Zaragoza las dos sedes de la exposición 4O AÑOS CON FRANCO, impulsada por el historiador Julián Casanova y patrocinada por el Área de Cultura del Ayuntamiento de la ciudad del Ebro. Aunque ya conocía casi todo lo referente a estos largos años de dictadura, me ayudó a refrescar algunos datos y volver de nuevo a los años de mi infancia en Aliaga.
Lo que más me llamó la atención fue la sala dedicada a una reproducción fiel de la escuela de los años de posguerra. Es el claro reflejo de una época de penuria, de tardes grises y de días oscuros. La pizarra, el crucifijo, los cuadros de Franco y de José Antonio, el mapa mundi, la esfera, el compás, la estufa,... Todo se ajusta a una realidad que nos parece lejana y perdida en el baúl de la memoria. El Museo Pedagógico de Aragón conserva los pupitres de madera con el agujero para el tientero, plumieres, huchas de chinitos y negros para el Domund, austera mesa del maestro y penumbra, mucha penumbra.
El resto de la exposición tampoco tiene desperdicio: paneles en blanco y negro, explicaciones claras y concisas, documentales, maquetas y alguna reproducción natural como la del garrote vil. Fueron tiempos de miseria, de silencio, de represión, de miedo. Espero que no se vuelvan a repetir. ¡Bendita democracia! Por muy imperfecta que nos parezca.