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josemarco

LA ALMUNIA DE DOÑA GODINA

LA ALMUNIA DE DOÑA GODINA

            El partido de fútbol semanal está programado en La Almunia de Doña Godina. Hacia allí nos dirigimos en autobús, sin desviar nuestra atención de los terrenos desolados que bordean el Cuarto Cinturón, del aspecto casi estepario de la futura Valdespartera, de la imagen desmitificada de Cuarte de Huerva a vista de pájaro, y de la extraña y casi pintoresca panorámica del alto de La Muela, poblado de un bosque de aparatos que parecen gigantescos árboles, destinados a fabricar energía eólica y que, según me cuentan, han enriquecido a un pueblo, olvidado hasta hace poco de la mano de Dios y de los hombres.

            Poco después, aparece La Almunia, en un valle fértil poblado de manzanos y otros frutales y hortalizas. Nadie me sabe decir exactamente quién fue Doña Godina. Algunos lugareños hablan de una mujer muy rica que enriqueció este pequeño enclave zaragozano. Lo que sí contemplo es un pueblo que no llega a la categoría de ciudad y que se mantiene gracias a la Escuela Politécnica, al Instituto de Secundaria, a la industria hortofrutícola y a otros servicios comarcales. De todos modos, hay un movimiento inusual para dinamizar a niños, jóvenes y adultos de la comarca: Jornadas de Cine, Media Maratón de Valdejalón, Campeonato de Patinaje y algún otro pequeño evento comarcal y local.

            Me encuentro con Patricio que, aunque nació en Morés, lleva casi toda su vida en La Almunia. A sus casi ochenta años, y con una ceguera irreversible, me comenta desde un banco de la Plaza de los Obispos – llamada popularmente Plaza de Toros – que las escuelas fueron fundadas por el general Primo de Rivera (aún conservan este controvertido nombre), que la construcción de la autovía de Madrid no ha perjudicado aparentemente a la hostelería y a los servicios, que vienen hasta diecisiete autocares diarios de estudiantes desde Zaragoza a la Politécnica, que su hijo trabaja en la capital pero regresa todos los días, que la agricultura es pujante y los inmigrantes se han incorporado de manera progresiva.

            Patricio ve el futuro con optimismo, a pesar de su edad y de sus condiciones. Mi visión es algo distinta y, tal vez, sesgada: La Almunia va perdiendo terreno a costa de La Muela, su parte antigua está descuidada y cada vez más deshabitada, la horrible mole de su Iglesia Parroquial contrasta con una esbelta torre mudéjar,… Lo que ocurre es que el fin de semana deja a La Almunia sin vida. Los estudiantes regresan a Zaragoza o a sus pueblos de origen, las industrias interrumpen su actividad y sólo quedan los pocos habitantes fijos de este pueblo que, al parecer, se ha estancado. Hasta la Oficina de Turismo permanece cerrada. Eso sí, tiene un excelente polideportivo y un magnífico campo de fútbol. Por algo su equipo milita en tercera división.

 

1 comentario

De La Almunia -

Veo muy bien tu comentario pero te equivocas al decir que el pueblo se queda muerto el fin de semana ya que La Almunia es un pueblo de más de 7.000 habitantes censados (a parte de los que estamos sin censar) que no son pocos, ni estancados como tu dices.
Desconozco por qué parte antigua paseaste concretamente pero para nada esta deshabitada y descuidada, pero bueno, tambien es cierto que deberias de pasar más de unas horas en el pueblo para darte cuenta de esto.
Saludos.