FIESTA EN LA CALLE
La fiesta ya está en la calle. Aglomeraciones por doquier. Aceras repletas de niños, de adolescentes, de jubilados. Saturación en los autobuses urbanos y pequeña trifulca cerca del recinto ferial. Sólo es el aperitivo de lo que se intensificará a partir del día 11 por la noche. ¿Será capaz el Ayuntamiento de controlar tanto bullicio, tanto jolgorio, tanta riada de personal con ganas de disfrutar?
La fiesta vuelve a estar en el Centro y en el recinto ferial. Los barrios se adormecen, se quedan tranquilos, casi vacíos. Sólo el barrio de Las Fuentes mantiene una cierta actividad: juegos infantiles y Circo Mundial en Torrerramona. Lástima que los autobuses lleguen al barrio a cuentagotas y con excesiva irregularidad. Lástima que en algunas paradas - como la de la calle Florián Rey - todavía no haya ninguna marquesina para proteger a los viajeros de las inclemencias del tiempo. O para sentarse. Y eso que es una parada de principio y final de la línea 30.
Fiesta en el ambiente. Alegría en los corazones. Conflicto de intereses entre los vecinos que quieren descansar y los jóvenes - y menos jóvenes - que quieren apurar al máximo las horas de la madrugada. De momento, esto no ha hecho más que comenzar. Lo importante es que todos cedamos un poco y que los enfrentamientos se suavicen. Y el que pueda, que se vaya al Pirineo o al Maestrazgo. Quizás broten ya los primeros rebollones. Quizás el otoño esté vistiendo de amarillo los chopos y los álamos.
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