SAN JUAN DE LA PEÑA, ESPACIO NATURAL PROTEGIDO
Es una buena noticia para todos los aragoneses la nueva denominación del monasterio oscense de San Juan de la Peña y de todo su entorno de Espacio Natural Protegido. No sé si la medida le llega tarde a este singular monumento cisterciense. El monasterio viejo ofrece al visitante un aspecto tan pintoresco, que los viajeros del siglo XIX no dudaron en acercarse a contemplarlo, a pesar de las dificultades del clima y de los roblemas de comunicación.
Por eso es loable este reconocimiento. Esperemos sirva para proteger y mejorar más un entorno cada vez más degradado. La última vez que visité el monasterio se me cayó el alma a los pies al contemplar el abandono de los bosques que lo rodean: suciedad y basura por todas partes. ¿Qué dirían los románticos José María Quadrado y Francisco Javier Parcerisa si volvieran de nuevo a visitar el monsterio? No sé si les cautivaría tanto el paisaje como hace ya siglo y medio. De todos modos, el pequeño cenobio sigue ahí, agazapado bajo la roca amenazante y testigo mudo de una época de personas audaces y casi heroicas.
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