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ARTE

EL ESCORIAL, UN FANTASMA DE PIEDRA

EL ESCORIAL, UN FANTASMA DE PIEDRA

     Durante estas cálidas noches estivales, protegido por la sierra de Guadarrama y escoltado por numerosos edificios de piedra y de pizarra, el Palacio-Real Monasterio del Escorial, que llegó a ser considerado durante un tiempo la octava maravilla del mundo, emerge como un fantasma desde la oscuridad del valle y nos transporta a esa época todavía gloriosa para España, con una fe tan segura como los sillares que conforman esta sinfonía de piedra. 

     Hace muchos años que no me acercaba a este recinto. Y ayer tarde tuve la oportunidad de visitar los aposentos de Felipe II, un rey austero y caprichoso, pasearme por sus patios rectangulares, contemplar la majestuosa basílica, descender a la cripta de los reyes e infantes de los Austrias y los Borbones y, finalmente, visitar con cierta premura su excelente y acogedora biblioteca. Anoche sus torres estaban iluminadas y apuntaban hacia el infinito desafiando al tiempo y al espacio. Un espacio inmenso que acoge a miles de visitantes y que alberga entre sus muros una historia de casi cinco siglos de guerras, saqueos, desafíos, efemérides y otros sucesos que han quedado sepultados bajo sus muros.

     El Escorial representa una manera de expresión artística que va del plateresco renacentista al clasicismo vacío, frío, sin ornamentos. Luego llegaría el barroco que supondría el olvido y un cierto desprecio. Bien entrado el siglo XVIII, volvería a ser evocado por los amantes del arte. Ya en el siglo XIX, algunos románticos volvieron a elogiar este monumento por su sublimidad y por su simbolismo. Uno de ellos fue José María Quadrado quien, junto con el dibujante Francisco Javier Parcerisa, recorrió estos parajes en pleno fervor romántico. Tanto uno como otro quedaron impresionados por la magnitud de este fantasma de piedra que, a pesar de tantos avatares, sigue impasible y se mantiene firme, silencioso, fantasmal.

 

FOTOGRAFÍAS SOLIDARIAS

FOTOGRAFÍAS SOLIDARIAS

     Los hijos del fotógrafo Agustí Centelles (Valencia, 1909 - Barcelona, 1985) han decidido subastar cinco fotografías realizadas por su padre durante la guerra civil española. En pleno ambiente de polémica, motivado por la cesión de sus obras al Ministerio de Cultura en lugar de a la Generalitat de Catalunya, los herederos del artista quieren colaborar con los damnificados del desastre de Haití con lo que obtengan de estas subastas. Es una acción solidaria y un gesto de generosidad.

     Muchas fotografías de esta valiosa colección fueron realizadas por este pionero de la fotografía en el frente de Aragón. Realizó reportajes sobre la conquista de Teruel y la batalla de Belchite. La fotografía que adjunto - una de las que sale a subasta - corresponde a las calles del pueblo oscense de Siétamo en el año 1937, en plena guerra civil.

     Los retratos de Centelles - el tercero en utilizar una cámara Leica - son diferentes. Tienen una gran fuerza expresiva.  El artista no buscaba tanto la creatividad como reflejar la realidad tal cual era. Vale la pena contemplar una colección que salvó después de muchos esfuerzos. Lástima se hayan perdido o hayan quedado destruidos cientos de negativos. Desde el punto de vista histórico y documental son fotografías irrepetibles. Y, desde hoy, retratos solidarios.

 

EL ARTE Y LA TAUROMAQUIA

EL ARTE Y LA TAUROMAQUIA

     He aprovechado la tarde del viernes para acercarme a una exposición sobre la Fiesta de los Toros, que se puede contemplar en el Palacio de Sástago de Zaragoza hasta primeros de diciembre. En las distintas salas se pueden observar medio millar de objetos sobre la tauromaquia de la colección de Enrique Asín.

     Aunque uno no sea muy aficionado a la cada vez más polémica Fiesta Nacional, no deja de reconocer que esta tradición dura ya casi tres siglos. En el siglo XVIII tuvo ya sus defensores y sus detractores. Pero fue a finales del siglo XIX - sobre todo a raíz de la rivalidad entre Frascuelo y Lagartijo, cuando la Fiesta llegó a su momento culminante. Los ecos de las corridas de toros se extendieron a todas las manifestaciones artísticas y culturales. Una de las publicaciones más representativas fue la revista La Lidia. Durante casi una década - desde 1882 hasta 1890 - los lectores pudieron disfrutar de cuidados artículos literarios y, sobre todo, de excelentes cromolitografías, como la que adjuntamos.

     En la exposición de Enrique Asín se pueden ver sobre todo objetos, carteles, grabados, esculturas,...de esta tradición, que tanto arraigo ha tenido en Aragón y especialmente en Zaragoza. Llama la atención, sobre todo, una maqueta de la plaza zaragozana de La Misericordia y el homenaje al gran torero Florentino Ballesteros, que junto con José Gómez, "Joselito", toreó en la llamada "Edad de Oro del toreo",  hasta que una cornada le produjo la muerte en 1917.

     Arte, historia, cultura, literatura. La fiesta de los toros seguirá dando que hablar. La polémica está servida desde hace unas décadas. No sé si algún día desaparecerá  la Fiesta. De todos modos, la huella artística que ha dejado este espectáculo desde el siglo XVIII permanecerá en las hemerotecas y en los museos taurinos, como el de Enrique Asín.

UN VERANO CULTURAL

UN VERANO CULTURAL

      Los dos meses de verano, a pesar de su aparente fugacidad, dan mucho de sí para aquellas personas que intentan aprovecharlos al máximo. Algunos docentes reservan unos días para reciclarse y realizan cursos de perfeccionamiento; otros, prefieren dedicarse al campo de la investigación y compartir sus conocimientos con otros docentes o con personas interesadas en un tema concreto.

       El profesor del instituto "Ramón y Cajal" de Zaragoza Alfredo Cabañuz , llamado también Cabañuz de Portugal, se desplazó el día 8 de julio a la capital de España para impartir una conferencia dentro del curso Geometría y Arte. En el Círculo de Bellas Artes de Madrid, uno de los lugares más elegantes de España desde el punto de vista artístico, el profesor de dibujo técnico disertó ante una selecta audiencia sobre uno de los temas que mejor conoce y de los que continúa investigando: "El mundo modular". No es la primera vez que Cabañuz habla de este asunto tan sugerente y creativo. Su conferencia estuvo ilustrada con dibujos como el que adjuntamos.

      Las vacaciones de los docentes suelen tener un hueco para lo cultural. Un ámbito amplio, diverso y enriquecedor. Eso sí, siempre es bueno desconectar de los meses de docencia en las aulas y buscar otros ambientes. Alfredo ha tenido la suerte de ejercer como profesor en un lugar emblemático desde el punto de vista histórico y artístico. Mi enhorabuena a este compañero de tareas en Zaragoza.

EL GRECO EN ZARAGOZA

EL GRECO EN ZARAGOZA

     Tuvo que llegar el siglo XX para que la figura del Greco fuera reconocida en España después de casi tres siglos de olvido. El cretense comenzó a ser merecidamente reconocido gracias a los desvelos del marqués don Benigno Vega Inclán, que impulsó en 1910 la creación del Museo del Greco. Precisamente el cierre de sus puertas en 2006 para acometer una modernización de sus instalaciones, ha hecho posible que esta exposición itinerante llegue a Zaragoza y anticipe un otoño cultural, que cubra en cierto modo el vacío dejado por la Expo.

     Vale la pena visitar esta muestra, que estará hasta el 30 de noviembre en el Paraninfo de la Universidad de Zaragoza. Vale la pena esperar durante casi una hora para contemplar cuadros únicos como Las lágrimas de San Pedro o la serie de los doce apóstoles presididos por el Salvador. Hace tiempo que no contemplaba el arte estilizado del cretense y su audacia innovadora en esos años de clasicismo. Además, la penumbra de la sala facilita la contemplación de unas obras que se complementan con fotografías de los primeros años del Museo del Greco. Al parecer, Zaragoza comienza a estar en la órbita de las grandes exposiciones. Esperemos que el otoño cultural en la capital del Ebro sea una realidad y no sea sólo flor de un día.

GOYA EN ITALIA

GOYA EN ITALIA

    He visitado esta mañana con los alumnos de segundo de Bachillerato de Humanidades del instituto "Ramón y Cajal" la exposición itinerante "Goya en Italia". El Museo Provincial de Zaragoza de la plaza de los Sitios ha acogido durante tres meses esta muestra que presenta no sólo las obras más representativas del Goya joven sino obras de otros pintores italianos que fueron sus maestros durante su estancia en Roma.

    Cuando el pintor de Fuendetodos se marchó a Roma, era un artista carente de interés, ni conocido ni valorado. Cuando regresó, apuntaba ya maneras de genio. Porque Francisco de Goya no se desanimó cuando sus primeros trabajos no fueron premiados por la Academia de San Fernando. A pesar de no obtener la deseada beca, se aventuró en este viaje a Italia que cambió sus gustos neoclásicos por otros más renovadores. La influencia de Mengs y de otros pintores de la época es evidente. Pero no hay que olvidar que Goya, a su regreso a Zaragoza, vuelve los ojos al gran Velázquez ,casi olvidado por los neoclásicos.

    Las casi dos horas de recorrido por quince ámbitos bien diferenciados - desde su viaje a Italia a los 23 años hasta su regreso a España y su evolución como pintor en la corte de Carlos III - han sido, según algún alumno, más enriquecedoras que muchas clases teóricas. Eso sí, todo se complementa y todo sirve para formar al joven en la inquietud artística y en el deseo de conocer nuevas facetas del arte, de la sociedad y de la historia.

OPORTUNA RESTAURACIÓN

OPORTUNA RESTAURACIÓN

     Cuando me dirijo a pie al centro de la ciudad, lo hago casi siempre por el Coso Bajo y por la Calle de San Jorge. Al llegar a este punto, me encuentro con un edificio castigado por el tiempo y por la contaminación. Es el Real Seminario de San Carlos Borromeo, construido en el antiguo solar de la Sinagoga Mayor de Zaragoza y reformado posteriormente.

     En este histórico lugar estuvo enseñando el escritor barroco aragonés Baltasar Gracián y, a principios del siglo XX, realizó sus estudios el novelista Benjamín Jarnés.

     Es una buena noticia la decisión del Arzobispado y del Gobierno de Aragón de restaurar, con ayuda privada, este edificio que quizás no conozcan muchos habitantes de Zaragoza. Tuve la oportunidad de visitarlo en una ocasión y me quedaría con su claustro cuadrangular de ladrillo y con su refectorio azulejeado con cerámica de Valencia.

     Si se culmina con éxito este proyecto, será un edificio más de la Zaragoza Renacentista y Barroca. Y se podrá visitar sin ningún problema, ya que actualmente existe riesgo de desprendimiento de tejas o de alguna cornisa cuando sopla el cierzo inclemente.

POSO HISTÓRICO DE LOS SIGLOS

POSO HISTÓRICO DE LOS SIGLOS

     El paso inevitable del tiempo va dejando una impronta en determinados edificios de las grandes ciudades o en el caserío de los núcleos rurales. A mediados del siglo XIX, con la llegada del Romanticismo, se despertó en España el afán por preservar los monumentos históricos de los desmanes de las guerras, del deterioro progresivo por el paso del tiempo o de otros comportamientos caprichosos e incluso vandálidos. Se crearon unos organismos para presevar los monumentos artísticos e históricos más representativos. Una labor difícil, en ocasiones utópica, que libró de la piqueta a muchos edificios que, casi milagrosamente, han llegado hasta nuestros días.

     Por eso es importante en la labor que realiza en Aragón APUDEPA (Asociación de Acción Pública para la Defensa del Patrimonio Aragonés). Es una tarea de denuncia, pero de denuncia constructiva. Y es una labor de sensibilización hacia la opinión pública. Gracias a sus intervenciones, muchos ciudadanos hemos conocido atentados indiscriminados contra monumentos histórico-artísticos. Gracias a sus inquietudes, se han logrado evitar acciones traumáticas sobre edificios de gran valor y riqueza.

     La última llamada de atención de Apudepa tiene como objetivo salvaguardar la Casa Dueso, un edificio emblemático del siglo XVIII, situado en el casco histórico de Fraga, muy cerca de la monumental iglesia de San Pedro. Los portavoces de esta asociación hablan de aberración cultural, patrimonial, histórica y arquitectónica. Lo mismo opinarían hoy los viajeros románticos José María Quadrado y Francisco Javier Parcerisa, que en el otoño de 1844 comenzaron su recorrido por el Aragón monumental precisamente en la ciudad de Fraga. Les admiró la antigüedad de su caserío y lo pintoresco de sus calles y plazas.

     Apudepa intenta que ese tejido histórico no se rompa y que la memoria social colectiva se conserve para las futuras generaciones. Todos sabemos que es más fácil derribar que restaurar. Pero derribar por derribar no tiene sentido y, desde el punto de vista artístico, es algo totalmente absurdo.

ORENSANZ EN ZARAGOZA

ORENSANZ EN ZARAGOZA
     Me he acercado esta tarde a la sala de exposiciones de Cajalón en la calle Coso de Zaragoza para contemplar y admirar la primera muestra individual de Ángel Orensanz en la capital aragonesa. El artista de Larués (Huesca) exhibe en esta exposición piezas personales, algunas de las cuales no habían sido presentadas en público hasta ahora. Las telas de colores de "Las golondrinas de Venecia" y el hierro soldado de "El esquiador" sirven de contrapunto inicial a una selección de esculturas figurativas, dibujos expresionistas y retablos de madera tallada que sorprenderán positivamente a los amantes del arte, de la creatividad y de la ruptura de moldes tradicionales. Porque Orensanz es un artista que disgrega la realidad para transformarla de nuevo en arte. Un arte solidario con la naturaleza, un arte surcado de motivos humanos, un arte que refleja las angustias e incertidumbres del hombre del siglo XXI.

     Es una pena que la obra de este artista aragonés - admirado en Nueva York y en otros países europeos y comparado con Goya, Bayeu y Buñuel como representantes del genio creativo de esta tierra - sea tan poco conocida en Aragón. La visita a esta muestra me ha ayudado a acercarme a las señas de identidad de este artista universal. Es una pena que Orensanz no haya sido invitado a la Expo de 2008. Ya sabemos que casi nunca uno es profeta en su propia tierra. Pero, al menos, gracias a esta exposición, muchos podrán acercarse hasta finales de año a conocer de cerca una obra tan personal, original, diversa y sugerente.

DIÁLOGO DE SORDOS

DIÁLOGO DE SORDOS

     Hay muchas maneras de expresar lo que uno lleva dentro, lo que uno observa o lo que uno imagina. El pintor e ilustrador José Luis Cano (Zaragoza, 1948) ha logrado expresar en unos cuadros muy peculiares, que se nutren de ironía y de sentido del humor, lo que experimenta desde hace veinte años: amor a la naturaleza, inclinación por la literatura, pasión por la ilustración gráfica y latido cotidiano de un mundo cada vez más paradójico e imprevisible. Una de mis  primeras reacciones mientras contemplaba esta tarde su exposición en la Lonja de Zaragoza ha sido la de sorpresa y admiración ante algo distinto al arte realista en general y al arte vanguardista en particular.

     Porque la pintura de José Luis Cano se sitúa en la encrucijada del arte plástico y de la literatura, sus dos grandes pasiones. No es casualidad que el artista zaragozano se defina así: "Nací dibujando. A los diez años escribí mi primer cuento de Guillermo Brown. A partir de los doce redacté e ilustré reseñas de mis excursiones con los boy-scouts. A los quince, ilustré una biografía apócrifa y clandestina del director del colegio. Dibujaba en el libro de literatura y escribía bocadillos en las reproducciones de la historia del arte. Desde entonces, he seguido en esta confusión, dibujando en mis libros y escribiendo en mis cuadros".

     Es inevitable, por tanto, captar sutilmente en cada uno de los cuadros el diálogo secreto entre el arte y la literatura, entre la naturaleza y el arte y entre la obra y el propio espectador. Cano utiliza para ello diversos registros artísticos y diversas manifestaciones del lenguaje. Un lenguaje que sobrevive con el arte o a pesar del arte. Unas palabras que reflejan pensamientos filosóficos universales, desde Heráclito hasta Kierkegaard. Unos lemas que invitan a la reflexión sobre el caos del mundo, la transformación de la naturaleza o las paradojas del progreso. Son obras difíciles de interpretar, contradictorias y muy sugerentes. Porque el arte de José Luis Cano va más allá de la propia captación física. Su doble lenguaje es ese diálogo de sordos que subyace como un río subterráneo al propio devenir de estas dos últimas décadas.

      

UN BELLO RINCÓN DEL PIRINEO

UN BELLO RINCÓN DEL PIRINEO

     Aproveché la soleada mañana dominical para conocer uno de los valles más pintorescos del Pirineo oscense: el valle de la Garcipollera. Me desplacé desde Villanúa a Castiello de Jaca, dejé el coche en el cruce de Villanovilla y me dispuse a caminar durante poco más de una hora por una pista forestal en aceptables condiciones a lo largo de este valle solitario surcado por el río Ijuez. El paisaje es espectacular, la vegetación exuberante y el silencio elocuente. Sólo de vez en cuando me cruzaba con algún caminante o algún cicloturista. El murmullo del río me acompañó durante este agradable recorrido que culminó en uno de los rincones más  bellos del Pirineo aragonés: el monasterio románico de Santa María de Iguacel. Está situado en un lugar mágico y asentado sobre una pradera verde que invita al reposo y a la reflexión. El entorno paisajístico es espectacular y la armonía entre el arte y la naturaleza es total.

    Me sorprendió gratamente la atención y disponibilidad de la persona que se encarga de abrir el monasterio y de preocuparse por su mantenimiento. Pertenece a la Asociación Sancho Ramírez de Jaca, que se responsabiliza de la conservación y restauración de estos pequeños monasterios de los primeros años del Reino de Aragón (siglos XI-XII), dispersos por distintos valles del Pirineo. Santa María de Iguacel fue propiedad del conde Sancho Galíndez. consejero del rey Ramiro I y ayo de Sancho Ramírez. La recibió en herencia de su padre, el conde Galindo, hacia el año 1040.

    Historia, naturaleza y arte se dan la mano en este valle casi deshabitado. A mediados del siglo XX fueron abandonados los núcleos de Villanovilla, Bescós, Acín y Larrosa. El primero de ellos ha sido recuperado gracias a la iniciativa de unos particulares. Los demás permanecen mudos, en ruinas, acosados por la vegetación y en progresivo deterioro. De regreso hacia el coche, subí hasta Larrosa, de la que no queda más que la torre y el ábside de su pequeña iglesia románica y una docena de edificios semiderruidos. Caminé entre la maleza y contemplé aquellas casas que en su día tuvieron vida y ahora están abocadas al olvido definitivo. Recordé a los que aún vivieron en ellas. Y no pude evitar lo que narra Julio Llamazares en La lluvia amarilla y el impresionante monólogo final del último habitante de Ainielle. Abandoné lo que fue Larrosa con nostalgia y descendí hasta Acín. Sólo queda una esbelta torre de piedra como testigo silencioso de un lugar que hace un siglo tuvo vida y ahora ofrece soledad y desolación.

     A pesar de todo, mi ruta matinal fue completa y positiva. Aconsejo a los amantes de la montaña y a los enamorados del arte, que no dejen de acercarse al monasterio de Iguacel. No volverá a ser lo que fue en el siglo XI, pero gracias a los esfuerzos por su rehabilitación, la actual ermita se ha convertido en un punto de referencia dentro de las rutas del románico aragonés.

DAROCA, CIUDAD HISTÓRICA Y MONUMENTAL

DAROCA, CIUDAD HISTÓRICA Y MONUMENTAL

     Siempre he sentido admiración por la ciudad de Daroca. Desde la carretera de Valencia - que pronto será reemplazada por la autovía mudéjar - la he contemplado como una ciudad de herencia medieval. Pero Daroca es mucho más que un enclave antiguo. Si su historia es importante, no lo es menos su arte y su cultura. Ayer aproveché para hacer un alto en el camino y aparqué a la entrada de la población para pasear despacio, con sosiego, por su singular calle mayor y por algunas de sus calles adyacentes. Durante mi recorrido, en una calurosa tarde de verano, me trasladé mentalmente al siglo XIX y recordé a tantos viajeros románticos que pernoctaban en Daroca cuando se dirigían desde el Levante o desde Madrid a Zaragoza o al norte de España.

    Uno de los lugares que he admirado siempre, y que ayer me volvió a llamar la atención, fue la famosa Puerta Baja de Daroca, actual sede del Centro de Estudios Darocenses. Evoqué durante unos minutos a Francisco Javier Parcerisa y a José María Quadrado, dos viajeros que en 1844 llegaron a la ciudad zaragozana al anochecer y se detuvieron ante esta majestuosa puerta. El dibujante catalán plasmó en una litografía esa luna llena encima de la Puerta en el otoño darocense. El escritor mallorquín dedicó unas inolvidables páginas a esta ciudad pintoresca, elegida por los artistas románticos entre las doce con más riqueza monumental de Aragón.

     Pero Daroca es mucho más que lo que ayer pude contemplar.  No pude visitar la Colegiata, que estaba cerrada, no realicé la ruta del Castillo y las Murallas, por falta de tiempo. Eso sí, me quedé prendado de sus callejuelas, de sus fachadas centenarias, de sus iglesias románicas y de algunos rincones muy parecidos a los inolvidables recovecos de Albarracín. Eso sí, algunos monumentos necesitarían una buena restauración y algunas calles un poco más de limpieza. Todo ello no empaña, sin embargo, la grata impresión que me llevé de esta breve visita. Pienso volver con más calma. Aunque la autovía mudéjar pase algo más a desmano. Esperemos que el nuevo trazado no perjudique mucho a esta población cargada de cultura, arte e historia.

UN LIBRO SOBRE LOS VIAJEROS ROMÁNTICOS

UN LIBRO SOBRE LOS VIAJEROS ROMÁNTICOS

     Después de más de diez años de trabajo, después de muchas horas de consulta en las bibliotecas de Zaragoza, en la Biblioteca de Catalunya, en la Biblioteca Nacional y en muchas hemerotecas y archivos, tengo por fin entre mis manos el libro que recoge las investigaciones y acercamientos de mi Tesis Doctoral.  Ha sido un camino duro, difícil y complicado. A veces me han dado ganas de tirar la toalla, pero el apoyo de los míos y un poco de tenacidad han logrado que esto llegara a su fin. Un fin que no deja de ser un principio. Luego vendrán otras publicaciones, otras ramificaciones y otras perspectivas para cubrir lagunas evidentes y obvias imperfecciones.

    Un logro de algo soñado y casi inverosímil siempre es un impulso, un trampolín para seguir trabajando en una de mis pasiones: la literatura. En el libro Recuerdos y Bellezas de España, ideología y estética, se dan la mano la literatura y el arte, la historia y el costumbrismo. Tres décadas del siglo XIX están reflejadas en doce volúmenes y en más de quinientas litografías, dibujadas del natural por el artista barcelonés Francisco Javier Parcerisa. Todo un hito para una época difícil y controvertida. El libro es sólo un modesto acercamiento a esta serie documental redactada por Pablo Piferrer, José María Quadrado, Francisco Pi i Margall y Pedro de Madrazo. Estos escritores románticos y realistas intentan rescatar del pasado y de las consecuencias de los conflictos - guerra carlista y desamortización de Mendizábal - los monumentos artísticos de España más representativos de las épocas medieval y renacentista.

     Mi intención ha sido poner una piedra más en el camino del acercamiento a estos inquietos intelectuales decimonónicos, preocupados por el futuro del país y contagiados de la nostalgia de la época. Mi gratitud más sincera a Jesús Rubio, mi director de Tesis, y a la Institución Fernando el Católico, por su acogida, atención e interés hacia esta obra menor. Este fin de semana estará en la caseta de la Feria del Libro de la Diputación Provincial para información y consulta de los interesados en el tema.

ECOS EXPRESIONISTAS

ECOS EXPRESIONISTAS

     Ayer tarde tuve la oportunidad de asistir a la inauguración de la Exposición de las últimas obras de Mariselo Ruiz Puche en la sala de exposiciones del Instituto Ramón y Cajal de Zaragoza. Además de admirar las obras de esta pintora, nacida en Yecla (Murcia), pero afincada en Zaragoza, pude conversar con antiguos compañeros del Instituto, algunos de los cuales disfrutan ya de una merecida etapa de jubilación.

     Mariselo complementa su actividad artística con la labor docente, como catedrática de dibujo en este Instituto de Zaragoza. En su estudio del Paseo Calanda prepara sus trabajos y crea sus obras. Ha presentado muchas exposiciones individuales y ha participado en numerosas exposiciones colectivas. La pintora nos habló ayer de sus últimas creaciones. Bajo el epígrafe de Mestizaje ha pintado un mosaico de pequeños cuadros de herencia expresionista, que reflejan la realidad multicultural actual y le expresión del rostro de personas que se cruzan cada día con nosotros en la calle. Mariselo viajó a Berlín y quedó prendada del expresionismo alemán. Ha dado un pequeño giro a su obra, para disfrute de sus muchos admiradores y como eco de estas nuevas experiencias.

     Tarde de arte, tarde en contacto con la pintura y tarde de reencuentros. Mariselo siguen abriéndose camino entre la excelente nómina de artistas aragoneses.

MAESTRO DE PINTORES

MAESTRO DE PINTORES

     Ayer tarde dediqué un rato a visitar en la Sala de Exposiciones de Cajalón de la zaragozana calle del Coso la muestra pictórica dedicada al gran pintor aragonés del siglo XVIII, Francisco Bayeu y Subías. (1734-1795) El cuñado de Fancisco de Goya fue uno de los pintores más importantes del siglo XVIII en España y el mejor dibujante del siglo.

     En esta exposición se pueden contemplar obras de Bayeu totalmente desconocidas hasta ahora. Hay cuadros casi inexistentes o que estaban en paradero desconocido. Destacan, entre ellos, excelentes retratos, como el del hermano jesuita Pablo Diego Ibáñez, gran escultor y bilbilitano de origen. Pero las obras más importantes de este aragonés afincado en Madrid fueron las pinturas de temática religiosa: Nacimientos, escenas de la vida de la Virgen María, momentos de la Pasión de Jesucristo,... Algunas muestras de estas obras se encuentran en el Pilar de Zaragoza, en Calatayud o en Bello.

     Bayeu no sólo fue un gran pintor - de herencia rococó y de tendencia neoclásica -. Fue, además, un gran profesor de dibujo. Sus discípulos llegaron incluso hasta principios del siglo XIX. Cuatro de ellos eran aragoneses: Francisco de Goya, Ramón Bayeu, José Beratón y Francisco Gómez Pastor. Una muestra interesante y que se merece más de una visita.

LA CARA DESCONOCIDA DE BÉCQUER

LA CARA DESCONOCIDA DE BÉCQUER

     Todos conocemos a Gustavo Adolfo Bécquer como poeta romántico rezagado y como autor de unas sugerentes y fantásticas leyendas. Sin embargo, hay una faceta en Gustavo casi desconocida para el gran público: el Bécquer dibujante, el Bécquer pintor, el Bécquer ilustrador.

     Tengo entre mis manos el libro Pintura y Literatura en Gustavo Adolfo Bécquer, con el que el catedrático de la Universidad de Zaragoza, Jesús Rubio Jiménez obtuvo en 2006 el Premio Manuel Alvar de Estudios Humanísticos. Es una obra bien documentada y exquisitamente ilustrada. En ella el autor nos ayuda a descubrir una faceta de Gustavo, en la que ha sido más conocido su hermano Valeriano: la pintura. Gustavo vive en un ambiente familiar de artistas - su padre José y su tío Joaquín - y se deja embeber por este afán creativo a través del lápiz o del pincel. Después se inclinaría por la literatura y por el periodismo, pero nunca abandonó en sus obras - especialmente en las Cartas desde mi celda - el afán pictórico y colorista, tan valorado por los costumbristas del siglo XIX.

    Afirma al respecto Jesús Rubio: "El lenguaje verbal era insuficiente, y para suplir las carencias de las palabras acudía a otras artes como la pintura y la música. Y a la propia literatura costumbrista que había leído de joven, claro. Cuando escribe, invita a la gente a visualizar cosas: el mercado de Tarazona, la aparición de la Virgen a Pedro Atarés en Veruela, un gran cuadro de Murillo o un grabado de Rembrandt. Maneja las distintas artes como expresión de lo inefable; la música, para él, era la expresión de lo más profundo. En sus creaciones literarias buscó siempre el apoyo de la pintura para enriquecer su discurso. Bécquer veía con ojos de pintor y suele sugerirle al lector a que se figure lo que cuenta mediante referentes plásticos”.

     Me quedo con unas palabras del propio Gustavo, plasmadas en la Carta IV, y que sirven de pórtico a esta excelente edición. Una más de este estudioso becqueriano: "Es preciso salir de los caminos trillados, vagar al acaso de un lugar a otro, dormir medianamente y no comer mejor; es preciso fe y verdadero entusiasmo por la idea que se persigue para ir a buscar los tipos originales, las costumbres primitivas y los puntos verdaderamente artísticos a los rincones donde su oscuridad les sirve de salvaguardia, y de donde poco a poco los va desalojando la invasora corriente de la novedad y los adelantos de la civilización".

     ¿Qué diría Bécquer si contemplara a principios del siglo XXI los lugares recónditos en que se inspiró y el paso del tiempo y del progreso como un vendaval sobre las costumbres, tradiciones y paisajes pintorescos?

 

TERUEL, CIUDAD MEDIEVAL

TERUEL, CIUDAD MEDIEVAL

             Este fin de semana la capital turolense ha recreado una tradición cuyo origen se remonta al siglo XIII. Es la leyenda con final trágico protagonizada por Isabel de Segura y Diego de Marcilla. El casco histórico de Teruel se ha convertido durante tres días en un gran escenario de teatro por el que han desfilado miles de personas ataviadas con trajes medievales. Gran parte del mérito de este acto, que se ha convertido en uno de los mayores reclamos turísticos de la capital hay que atribuírselo a Raquel Esteban, gerente de la Fundación Bodas de Isabel y organizadora de estos festejos.

            Teruel capital siempre ha tenido un sabor medieval. No sólo por las costumbres ancestrales, recuperadas durante unos días, sino por su entorno urbanístico. Todavía se conserva el trazado medieval de muchas de sus calles – o callejuelas – las impresionantes torres mudéjares o los restos de muralla. En el siglo XIX, que intentó recuperar el medievo, muchos escritores y artistas se interesaron por esta tradición. En 1837, Juan Eugenio Hartzenbusch, hijo de un pobre inmigrante alemán, logró estrenar el drama Los amantes de Teruel en el madrileño Teatro del Príncipe. Siete años después, en pleno fervor romántico, José María Quadrado y Francisco Javier Parcerisa contemplaron con admiración las huellas medievales de Teruel y lo reflejaron con maestría en el volumen “Aragón” de la colección artística Recuerdos y Bellezas de España. En la actualidad, todavía quedan algunos vestigios, la mayoría felizmente rescatados y restaurados. Así la leyenda de Los Amantes se podrá seguir celebrando en el futuro en un marco adecuado y continuará siendo un reclamo turístico de carácter cultural, aunque sin perder su tono lúdico y festivo.  

SAN JUAN DE LA PEÑA, ESPACIO NATURAL PROTEGIDO

SAN JUAN DE LA PEÑA, ESPACIO NATURAL PROTEGIDO

   Es una buena noticia para todos los aragoneses la nueva denominación del monasterio oscense de San Juan de la Peña y de todo su entorno de Espacio Natural Protegido. No sé si la medida le llega tarde a este singular monumento cisterciense. El monasterio viejo ofrece al visitante un aspecto tan pintoresco, que los viajeros del siglo XIX no dudaron en acercarse a contemplarlo, a pesar de las dificultades del clima y de los roblemas de comunicación.

   Por eso es loable este reconocimiento. Esperemos sirva para proteger y mejorar más un entorno cada vez más degradado. La última vez que visité el monasterio se me cayó el alma a los pies al contemplar el abandono de los bosques que lo rodean: suciedad y basura por todas partes. ¿Qué dirían los románticos José María Quadrado y Francisco Javier Parcerisa si volvieran de nuevo a visitar el monsterio? No sé si les cautivaría tanto el paisaje como hace ya siglo y medio. De todos modos, el pequeño cenobio sigue ahí, agazapado bajo la roca amenazante y testigo mudo de una época de personas audaces y casi heroicas.

EL MUDÉJAR DE TERUEL

EL MUDÉJAR DE TERUEL

   Hace ya veinte años que la UNESCO incluyó en su lista como Patrimonio Mundial los monumentos mudéjares de la ciudad de Teruel. Fue una excelente noticia en su momento y lo sigue siendo ahora. Porque unas treinta mil personas visitan anualmente las famosas torres de El Salvador y de San Martín, y recorren el interior de la catedral para contemplar su artesonado único y su torre mudéjar.

   Lástima que esta pintoresca ciudad y su provincia no tengan todavía las vías de comunicación adecuadas. Es la única capital de provincia sin tren directo a Madrid. La autovía mudéjar se demora de modo alarmante. La comunicación a Valencia y a Zaragoza por ferrocarril sigue siendo todavía de tercera categoría,... Dicen los políticos que hay que dar tiempo al tiempo. Pero, de momento, sólo se mueve con una cierta eficacia la plataforma "Teruel Existe" y el diputado por la Chunta en el Congreso José Antonio Labordeta.

   Como turolense, me alegra el impulso al arte mudéjar - aunque a veces sólo sea testimonial - pero me entristece contemplar el progresivo abandono de la provincia y la etiqueta de la ciudad como "turística", cuando puede albergar otros proyectos de futuro.

TRAS LA ESTELA DE GOYA

TRAS LA ESTELA DE GOYA

   He aprovechado una parte de la tarde del viernes para acercarme al Palacio de los Morlanes, una de las joyas arquitectónicas de la Zaragoza renacentista, y visitar la exposición de pintura y escultura que se muestra en el sótano del edificio, en el 75 aniversario del "Estudio Goya".

   En 1931, Mariano Gratal y otros jóvenes artistas fundaron un modesto estudio que luego ha ido creciendo. Artistas como Antonio Duce, Santiago Lagunas, Mariano Villalta o Virgilio Albiac se iniciaron en el arte de la pintura y nos han dejado obras excelentes. Tal como afirma Arturo Ansón en el folleto infomativo: "Allí aprendieron o están aprendiendo a dibujar del natural, del modelo vivo, con rigor pero sin imposiciones dogmáticas, en un ambiente de plena libertad. Ha imperado siempre una total independencia de criterio, de modo que cada cual ha interpretado el modelo humano o la Naturaleza de acuerdo con su personalidad o tendencia estética preferida".

   Vale la pena contemplar estas obras con tendencias tan diversas y en un amplio contexto histórico-social que va desde la década de los treinta hasta los inicios del siglo XXI. Todos intentan caminar tras la estela de Goya. Posiblemente con más libertad y con más medios que el pintor de Fuendetodos.