EL GRECO EN ZARAGOZA
Tuvo que llegar el siglo XX para que la figura del Greco fuera reconocida en España después de casi tres siglos de olvido. El cretense comenzó a ser merecidamente reconocido gracias a los desvelos del marqués don Benigno Vega Inclán, que impulsó en 1910 la creación del Museo del Greco. Precisamente el cierre de sus puertas en 2006 para acometer una modernización de sus instalaciones, ha hecho posible que esta exposición itinerante llegue a Zaragoza y anticipe un otoño cultural, que cubra en cierto modo el vacío dejado por la Expo.
Vale la pena visitar esta muestra, que estará hasta el 30 de noviembre en el Paraninfo de la Universidad de Zaragoza. Vale la pena esperar durante casi una hora para contemplar cuadros únicos como Las lágrimas de San Pedro o la serie de los doce apóstoles presididos por el Salvador. Hace tiempo que no contemplaba el arte estilizado del cretense y su audacia innovadora en esos años de clasicismo. Además, la penumbra de la sala facilita la contemplación de unas obras que se complementan con fotografías de los primeros años del Museo del Greco. Al parecer, Zaragoza comienza a estar en la órbita de las grandes exposiciones. Esperemos que el otoño cultural en la capital del Ebro sea una realidad y no sea sólo flor de un día.
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