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josemarco

AGUA, TERRITORIO Y PAISAJE

AGUA, TERRITORIO Y PAISAJE

     He aprovechado la mañana festiva de San Valero y la mañana dominical de ayer para visitar las exposiciones Aquaria: agua, territorio y paisaje, dedicadas a plasmar los usos del agua en Aragón desde el siglo XIX hasta nuestros días. El objetivo de los organizadores es dar a conocer el esfuerzo realizado durante casi doscientos años para gestionar los usos del agua del modo más eficaz posible y concienciar a todos los ciudadanos aragoneses del uso inteligente de este bien cada vez más escaso. El despliegue gráfico es excelente, las maquetas, originales e ilustrativas y los objetos antiguos, llenos de realismo y plasticidad.


     En las salas del Palacio de Sástago, que Javier ha visitado y admirado por primera vez, hemos encontrado una variopinta selección de objetos, cuadros, fotografías,…que nos invitan a admirar lo que desde los ideales reformistas de Ramón de Pignatelli hasta el impulso pragmático del grausino Joaquín Costa supuso para el posterior impulso y desarrollo de las centrales hidráulicas del alto Aragón y del Canal Imperial de Aragón.

     Son dos siglos de proyectos, de duros trabajos y de gozosas realidades. Aunque el impulso más importante para el aprovechamiento del agua en Aragón tuvo lugar en el siglo XX – con el obligado paréntesis de la guerra civil. Los años cincuenta supondrían la construcción de centrales térmicas, como la de Aliaga, y de obras de ingeniería de envergadura, como los molinos harineros, de pólvora, de papel, de barniz, de aceite, batanes,…  

     Pero la tarea, a pesar de los avances del pasado, acaba de comenzar, aunque su enfoque debe ser distinto, dada la problemática actual. Porque queda mucho camino por recorrer en relación con el agua y el medio ambiente. ¿Se van a sanear de una vez por todos nuestros ríos, cada vez más mermados de caudal? ¿Se van a regenerar algunos embalses cada vez más anegados de lodo y residuos? ¿Se van a ampliar los canales, los regadíos y a modernizar las acequias? ¿Se va a mejorar la calidad del agua de boca en algunas poblaciones? ¿Se van a dedicar más fondos a preservar los humedales? Son preguntas que todos conocemos. El reto es llevarlas a la práctica entre todos: instituciones públicas y entidades privadas. Y, por qué no, por cada uno de los ciudadanos o ciudadanas

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