LAVADO DE CARA
No sé si será por la proximidad de las elecciones municipales, no sé si será por la cercanía de un acontecimiento histórico para la ciudad como la Expo 2008. Coincidencias aparte, la ciudad de Zaragoza está siendo sometida a un especial lavado de cara como se hace con las casas antes de recibir una visita importante o de celebrar algún acontecimiento familiar.
Este cambio de imagen - al menos aparente - se puede comprobar sobre todo en las riberas de los ríos. La ribera del Ebro se está remodelando, al menos en su margen derecha. Al parecer, se desea crear un espacio verde para que el ciudadano pasee, descanse o se relaje. También le ha llegado el turno - por fin - a la ribera del humilde río Huerva. Y esta vea parece que va en serio, es decir, en profundidad. Los operarios del ayuntamiento limpian metro a metro todos los residuos que recibe este río y que convierten al río en un auténtico vertedero. Han sacado de su cauce desechos de todo tipo, hasta electrodomésticos inservibles. ¿Hasta cuándo durará esta limpieza?
Parece ser que el Canal Imperial también va a ser uno de los grandes beneficiados. ¿Lo volverán a hacer navegable? Y algunas avenidas, como el Paseo de Echegaray y Caballero, ya parecen otras, con su carril bici incluido. Así los ciclistas no tendrán excusa para circular por las aceras. De aquí al 2008 todavía hay muchos planes y proyectos. ¿Por qué todo tan tarde y con tantas prisas? Al parecer, los españoles somos unos maestros de la improvisación.
De aquí al 2008 - o tal vez más tarde - van a desaparecer las pequeñas estaciones de autobuses - lamentables en su aspecto y ubicación - que quedan desperdigadas por la ciudad. El tranvía llamará a la puerta. Y también una línea de metro. ¿No sería mejor inclinarse sólo por el metro? Y algunas avenidas serán más para los peatones que para el tráfico rodado. La Expo vendrá bien, al menos, para lavar la cara a la ciudad. Y las elecciones, para motivar a los políticos y despertar su entusiasmo y su imaginación. Que no es poco.
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