LA PASIÓN DE LA PALABRA
 
								
				
				Ayer, casi contra todo pronóstico, el poeta argentino Juan Gelman (Buenos Aires, 1930) obtuvo uno de los mejores galardones en lengua castellana: el Premio Cervantes. Es un merecido reconocimiento a una trayectoria poética comprometida. Porque este compositor precoz - escribió sus primeros poemas a los nueve años - lleva tatuada la poesía en el cuerpo. Gelman es un poeta que vive y transpira poesía. En la palabra se recrea como pez en el agua. Y con la palabra crea, imagina, sobrevive, lucha, se rebela, exclama, interroga, construye un mundo diferente, intemporal, casi mágico. El amor, la vida y la muerte surcan unos poemas en los que la ternura convive con la angustia. Este poeta de ascendencia ucraniana, que sufrió en sus carnes y en las de sus hijos los horrores de la dictadura argentiva, sigue escribiendo día tras día. Porque la poesía es la sangre de sus venas, la semilla de su ilusión por vivir, el pájaro que revolotea en su mente todavía diáfana.
Plasmo un poema en el que el vate argentino ensalza a la poesía, hostil al capitalismo rampante del siglo XXI:
          Toda poesía es hostil al capitalismo 
         puede volverse seca y dura pero no 
         porque sea pobre sino 
         para no contribuir a la riqueza oficial 
  
         puede ser su manera de protestar de 
         volverse flaca ya que hay hambre 
         amarilla de sed y penosa 
         de puro dolor que hay puede ser que 
  
         en cambio abra los callejones del delirio y las bestias 
         canten atropellándose vivas de 
         furia de calor sin destino puede 
         ser que se niegue a sí misma como otra
  
         manera de vencer a la muerte 
         así como se llora en los velorios 
         poetas de hoy 
         poetas de este tiempo 
  
         nos separaron de la grey no sé que será de nosotros 
         conservadores comunistas apolíticos cuando 
         suceda lo que sucederá pero 
         toda poesía es hostil al capitalismo.
 
       
		
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