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josemarco

DESDE EL PUENTE DE LAS FUENTES

DESDE EL PUENTE DE LAS FUENTES

     Desde el puente de Las Fuentes, llamado también Puente de la Unión, que enlaza las dos orillas del Ebro hacia el este de Zaragoza, observo la ciudad, contemplo las riberas y atisbo los edificios más emblemáticos de la Exposición de 2008. Durante mi recorrido matinal desde la margen derecha del Ebro, atravieso desde la altura el parque lineal, que está a punto de inaugurarse. Aparentemente, su aspecto ha mejorado respecto a la zona verde anterior. De momento, sólo veo un lunar: el descenso final hacia el cauce del Ebro ha quedado desprotegido, sucio, salpicado todavía de pequeños residuos.

    Avanzo a paso ligero por encima del "gran río" - ironías de la vida - y lo contemplo amarronado, mugriento, escuálido, artificial. Parece mentira que el Ebro sea todavía fuente de discordia entre los dos grandes partidos políticos. Parece mentira que algunos hablen todavía de trasvase - o de trasferencia -. ¿Han contemplado el cauce del río en los últimos nueve meses? Les invitaría a que lo hicieran antes del 9 de marzo. Me acerco a la margen izquierda del río y pienso que el próximo domingo a estas horas ya estará en marcha toda la maquinaria electoral. Y me cuesta creer que, a estas alturas, todavía haya votantes indecisos. Y me cuesta entender que muchos votantes pasarán de todo y eligirán el camino fácil de la abstención. Ya en el parque de Oriente, en el barrio de la Jota, contemplo cómo los operarios han preparado el terreno para la celebración de la fiesta campestre de la Cincomarzada, el próximo miércoles. Mientras hago unos estiramientos, evito pisar unos cristales de una botella de licor, esquivo residuos de algún botellón de anoche y trato de sortear los numerosos excrementos caninos, sembrados por doquier.

     Me aproximo a Vadorrey y al futuro embarcadero cercano al azud. Todavía no me imagino un río navegable, al estilo del Sena o del Guadalquivir. Pienso que el Ebro no tiene cauce suficiente. Pero nuestros políticos se han empeñado en aprovecharlo como fuente de recreo y de ocio. Quizás sea un acierto. Pero su cauce ya no será tan natural como el de antes. Más les valdría limpiarlo y extraer las toneladas de residuos que deben yacer en su sucio vientre. ¿Lo piensan llevar a cabo? De momento, sólo advierto que el cemento y el asfalto van ganando terreno a la hierba, a los caminos naturales, a las riberas con arbustos. Ya de regreso, descanso unos minutos en el parque. Silencio, soledad y muy poca gente en esta mañana de marzo primaveral. 

1 comentario

Joherg -

La abstención nunca ha sido un camino fácil, sobre todo si es consciente, reflexiva, fruto del análisis social que nos envuelve y además respetuosa con las otras opciones. No caigamos en el error y la demagogia de argumentar que se hace el juego a posiciones radicales de ambos extremos del arco político cuando igualmente la piden. La postura de los grandes partidos, en condiciones “normales”, siempre ha sido de profundo desprecio y descalificación frente a la abstención, demostrando con ello sus intereses y su catadura democrática al no respetar una opción política totalmente legítima. No podía ser de otra manera ya que la abstención militante representa un boicot activo a todo este tinglado de sistema "democrático".