Blogia
josemarco

PRODUCTOS ACARTONADOS

PRODUCTOS ACARTONADOS

     La riqueza del lenguaje no reside solamente en su carácter denotativo, realista, objetivo y preciso. En mi opinión, la riqueza de una lengua radica, sobre todo, en su valor connotativo; es decir, en el sentido figurado de muchas palabras y en su flexibilidad semántica. Por ello, podemos cambiar de registro, ejercitar la ironía o valorar de una manera distinta una circunstancia, comportamiento, suceso real o serie de ficción. No ocurre lo mismo cuando nos dejamos llevar por los tópicos o ahogamos la espontaneidad.

     Hablando de series de ficción, no puedo dejar de referirme a la miniproducción de tres capítulos que estrenó anoche Televisión Española sobre el crimen de Fago, un año después de producirse el luctuoso suceso. El asesinato de Manuel Grima el 13 de enero de 2007, hace poco más de un año, ha despertado la atención de la empresa audiovisual Mundo Ficción y ha conseguido llegar a la pequeña pantalla en horario de máxima audiencia, a pesar de las reticencias de algunos jueces. Y es que los crímenes rurales siempre han sido un atractivo motivo para urdir series más o menos misteriosas - recordemos entre otros muchos la tragedia de Puerto Hurraco o el famoso Crimen de Cuenca.

     No pude ver en su totalidad la primera entrega de la serie, pero contemplé lo suficiente para hacer una serie de modestas consideraciones: la presentación audiovisual de este crimen me pareció un producto acartonado - según el diccionario de la Real Academia, que carece de vitalidad y espontaneidad -. Además, ralentiza mucho los tiempos, abusa del suspense y, en mi opinión, se aleja demasiado de la cruda, triste y sórdida realidad de aquel infausto 13 de enero. ¿Cuál puede ser el motivo? Creo que a esta serie le falta la distancia del tiempo y la frescura ambiental. Un año es demasiado poco para presentar unos hechos de los que aún no se ha demostrado todavía quién o quiénes fueron los culpables. En lo que respecta al marco ambiental, los que conocemos Fago y esa zona arcádica del Pirineo Aragonés ( ya escribí aquí sobre este tema el 19 de enero de 2007) echamos de menos su paisaje, sus veredas, sus ríos, su clima, su panorámica,... No conozco la localidad madrileña de El Berrueco pero, por mucha similitud que exista, no tiene nada que ver con este rincón de la provincia de Huesca.

     Sé que la serie interesó a muchos españoles y, especialmente, a teleespectadores aragoneses. Lo que habría que conocer es cuáles fueron los motivos de su interés, si el morbo o la atracción de la tragedia. Espero que muchos opinen lo contrario y valoren su calidad. Para mí sigue siendo algo acartonado, artificial y falto de frescura. Y para ello hay que dejar que pasen unos años. O unas décadas. Y si no que se lo pregunten a grandes novelistas como a Ramón J. Sender, natural de Alcolea de Cinca, no lejos de la localidad de Fago.

0 comentarios