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josemarco

UNA FIESTA TRADICIONAL

UNA FIESTA TRADICIONAL

     San Isidro siempre ha sido una fiesta tradicional en España, especialmente en el medio rural. Sorprende, por eso, que el patrono de los labradores sea el de la capital de España donde nació en 1080 según las crónicas. Este santo medieval, casado con Santa María de la Cabeza es venerado por los trabajadores del campo y es el patrono de los ingenieros agrónomos.

     Hay que señalar, sin embargo, que esta fiesta ha ido perdiendo fuerza en muchos pueblos debido a la despoblación y al abandono de los pueblos por parte de los jóvenes. La agricultura no es una pieza apetecible para la juventud. El futuro del campo está cada vez más negro y los campos de cultivo se van quedando yermos año tras año. Por eso San Isidro figura como una estatua de cartón-piedra en los altares laterales de muchas iglesias y, como mucho, se le dedica una simbólica procesión el fin de semana más cercano a la fiesta. Sólo en Madrid tiene vigencia como fiesta y gracias a la capital de España este santo es más conocido que otros a lo largo y ancho de nuestra geografía.

     Recuerdo dos celebraciones de San Isidro: una muy lejana en el tiempo y otra más cercana. La primera, en Aliaga, cuando era niño. Los pocos que todavía se dedicaban a la tierra y a la agricultura y, sobre todo, los masoveros, se reunían para comer y merendar y culminaban el día con un concurso de arado. El que trazaba mejor el surco - con caballería - recibía un premio en metálico o en especie. La segunda en Salobre, pueblo albaceteño cercano a Alcaraz y patria chica del político José Bono. Allí después de la merienda se realizaba el concurso de labranza, pero ya con tractor. Luego, una animada verbena cerraba la jornada. No sé cómo se celebrará hoy en ambos lugares y en otros pueblos de España. Pero la realidad es que el campo pierde cada vez más trabajadores y se imponen la industria y los servicios, especialmente el sector turístico. Lo que no ha cambiado es la estatua del santo labrador que, junto con la de San Roque, se mantiene erguida en el altar de la iglesia de la parroquia de San Juan en Aliaga.

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