FECHAS SEÑALADAS
Hace muchos años que no estaba en Aliaga durante estas fechas. Hace muchos años que no contemplaba por estas fechas un paisaje tan verde desde el solanar. Hace muchos años que no celebraba el 23 de mayo en mi casa natal, en mi localidad natal.
Y es que hay fechas que te quedan grabadas en la memoria a pesar del paso de los años. Por desgracia, abundan más las fechas que recuerdan acontecimientos tristes que las que rememoran vivencias alegres e, incluso, felices.
El 23 de mayo de 1963 - ya ha llovido desde entonces - fue una fecha feliz. Y una de las que más recuerdo de mi infacia en este pueblo turolense. Un grupo numeroso de niños y niñas - entre 40 y 50 - celebrábamos la Primera Comunión. Era un día señalado en Aliaga y en todos los pueblos de la comarca. Se adecentaban las casas, se realizaban algunas obras, se compraba algún regalo, se preparaba una comida especial. Los niños y niñas, que rondábamos los 9 ó 10 años, habíamos preparado este día con ilusión, pero con un cierto nerviosismo. Íbamos a ser el centro de todas las miradas, tanto en la parroquia de San Juan por la mañana como en la ermita de la Virgen de la Zarza por la tarde. Personalmente estaba inquieto y nervioso. Tenía que recitar una poesía a la patrona de Aliaga y la timidez y la vergüenza se apoderaban de mí. Al final todo salió bien. La memoria me salvó y recibí los parabienes de familiares y amigos. Era un jueves de los que se decía que brillaba más el sol. Era el día de la Ascensión. Ahora la fiesta ha sido trasladada al domingo, como tantas otras.
Cuando regreso a casa, contemplo todavía en la habitación sendos recuerdos de este ya lejano 23 de mayo. El de la comunión de mi querido y llorado hermano Antonio y el de la mía. Están enmarcados y siguen ahí mudos, viendo pasar los días y los años. De ese día sólo me quedan los primeros versos de la poesía y algunos ecos de la fiesta en cada una de las casas de los niños-protagonistas. Hoy, al regresar a Aliaga, evoco la fecha feliz y la recuerdo como una fotografía brumosa que el tiempo va desdibujando sin remedio. Pero, eso sí, siempre me quedará esta fecha en la memoria, aunque haya otras más recientes que intenten borrármela año tras año.
1 comentario
Luis Antonio -
A mí, a veces, también me embarga la nostalgia, pero procuro evitarla. El presente reclama toda nuestra atención y el mañana es...la incertidumbre.
Un abrazo, José Mª