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josemarco

LOTERÍAS

LOTERÍAS

     Cada año se anticipan más las fiestas navideñas. Parece que nos queremos saltar ese anodino mes de noviembre y aterrizar directamente en el mes de la suerte - para algunos -, el mes de la felicidad - para unos pocos - y el mes del despilfarro - para bastantes.

      Hay varios síntomas que anticipan estas fechas, cada vez más consumistas: turrones y mazapanes en los supermercados, montaje de luces en las calles más céntricas y en los establecimientos comerciales, anuncios para niños en televisión,... Pero hoy quiero hablar de un síntoma que anticipa la Navidad y que mantiene a muchos en vilo durante más de dos meses. Es la famosa lotería. Todos los organismos, sociedades, cofradías, clubes, gremios, sindicatos, partidos políticos, entidades,...quieren compartir el sueño de la suerte. Un sueño que casi siempre acaba el 22 de diciembre en una pequeña decepción. Porque la lotería se sigue comprando, quizás más que nunca. Dicen que en épocas de crisis la gente compra participaciones de manera más compulsiva. Deben de pensar: "de perdidos al río", y echan el resto tentando a la fortuna.

     Lo más novedoso en estos últimos años ha sido la venta de participaciones por internet. Es muy fácil adquirir lotería por la red sin desplazarte a la administración preferida. La que más se prodiga es la famosa administración de Sort (Lleida). Es la que más vende de España y, lógicamente, siempre pesca algún premio. Su nombre es curioso y connotativo: "La Bruixa d’Or" (La Bruja de Oro). Y muchos no se lo piensan dos veces.

     Aunque no soy muy aficionado a esta lotería navideña, siempre me llegan participaciones de amigos y conocidos. Si me la ofrecen, no la suelo rechazar. Eso sí, intento no buscarla ni encapricharme de un determinado número, lugar o simbolismo. Este año dicen que se ha agotado ya el número 2008 en Zaragoza, por eso de la Expo. También hablan de que la suerte sonreirá donde más problemas o sucesos ha habido. Todo son cábalas y supersticiones. Porque lo que importa es mantener la ilusión por la caprichosa fortuna. Aunque todo se desvanezca el 22 de diciembre. A partir de esa fecha, habrá que volver a empezar.

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