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josemarco

TARDE DE NAVIDAD

TARDE DE NAVIDAD

     El fuego del hogar crepita con suavidad e intermitencia en esta dilatada tarde de Navidad. Nunca me ha gustado esta tarde festiva tradicionalmente familiar. Una vez están saturados los estómagos, el calor del salón o de la sala de estar invitan a una siesta reparadora. Mientras tanto, el sol pierde su intensidad - si la niebla no lo impide - y el crepúsculo se adueña de las calles y de las plazas de Massalavés, pequeño pueblo de la comunidad valenciana.

     La noche se prolonga más que nunca. Aunque dice un refrán catalán: "per Nadal, pas de pardal" -. Y el fuego del hogar concita a todos los habitantes de la casa a situarse en torno a unos troncos de naranjo o de olivo que se consumen con rapidez y mantienen el calor físico y el calor ambiental.

     La tarde de Navidad transcurre en silencio. Las calles del pueblo están casi desiertas y los establecimientos públicos permanecen cerrados a cal y canto. Los jóvenes se desplazan a Alzira o a Valencia. Las ciudades presentan más alicientes durante estos días de ocio y vacación. Menos mal que llevo siempre conmigo un par de libros y lleno algunas horas de estos días con buena literatura. Alguno se preguntará cuál es la buena literatura o si existe una buena literatura. Todo depende, en mi opinión, del momento, de la edad, de la disponibilidad y del afán de aprender. Eso sí, un buen libro tiene que estar bien escrito para que el lector disfrute no sólo con el contenido sino con la expresión sugerente, original y creativa.

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