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josemarco

LATIDOS COTIDIANOS (5)

LATIDOS COTIDIANOS (5)

     El otoño avanza lentamente en esta Zaragoza, hija del cierzo y del Moncayo. Aprovechas las últimas horas de la tarde del jueves para asistir en el salón de actos de FNAC a la presentación del poemario La voz en la memoria, del poeta albaceteño afincado en Zaragoza Ricardo Fernández Moyano. Como anticipa su presentador, el profesor y crítico Alfredo Saldaña, el libro contiene poemas sinceros, afilados como flechas, que llegan directamente al corazón. El poeta de Minaya evoca la pérdida de un ser querido y logra transmitir al lector un sentimiento de nostalgia, de melancolía y de secreta esperanza. Transcribo uno de los poemas, leídos por miembros de la Asociación Literaria Rey Fernando de Aragón:

 

                                                                LUZ EN LAS SOMBRAS

                                       Su inesperada ausencia

                                      dejó al mundo huérfano

                                      de su voz,

                                      pero no de su fuerza.

                                      Permanecerá fresca

                                     como un torrente de ternura

                                     que alentara nuestras huellas.

                                      Y cuando la vida nos pida

                                     reconciliar el alma y su destino,

                                     invadirá alegre los corazones

                                     un relámpago de primavera.

     A pesar del otoño, una brisa primaveral recorre tus entrañas cuando abandonas el salón y caminas por el Coso entre una multitud hechizada por la fiesta y deseosa de un callejeo perpetuo. Piensas, mientras tanto, en los seres queridos ausentes, en las personas solitarias, en los que bucean en la soledad en medio del falso y engañoso bullicio. A pesar del cierzo, la plaza de los Sitios está a rebosar. Poco después, mientras te diriges al barrio San José, atraviesas una de las cunas del botellón zaragozano: el maltrecho parque de Miraflores. Botellas, vasos, inmundicia por doquier. Restos de un consumo incontrolado. Huellas de una madrugada de evasión. Símbolos de una generación desnortada y rebelde. Ya al anochecer, continúas recordando esos versos que te han alejado momentáneamente del bullicio de unas fiestas en las que pesan más las ausencias que el deseo de divertirse porque sí, porque lo señala el calendario.


 

2 comentarios

Ricardo Fernández Moyano -

Gracias amigo por este post, te seguro que me he emocionado al leerlo.

Un abrazo.

Ricardo

Ricardo Fernández Moyano -

Gracias José por tu comentario en tu blog.

Me encantará saludarte en otra ocasión.

Un abrazo.