DESDE EL FONDO DEL BANQUILLO (3)
Los espectadores que hemos acudido esta tarde a la Romareda nos las prometíamos felices cuando, mediada la primera parte, el Zaragoza dominaba claramente en el marcador y, al parecer, funcionaba como un equipo compacto y bien armado. Pero todo ha sido un espejismo cuando, poco después de empezar la segunda parte, Marcelino ha sentado al mejor del encuentro - Ángel Lafita, que regresaba a su casa - y ha sacado a un inoperante Ewerton.
Pero el partido ha tenido otras claves y otras lecturas. El equipo local no ha empezado bien y el centro del campo estaba a merced de un Racing voluntarioso y peleón. Munitis hacía gala de su veteranía y los delanteros del equipo visitante se escapaban con facilidad por las bandas. Pero, gracias a un genial Pennant y a un inspirado Lafita, subían al marcador dos goles que parecían definitivos. No ha sido así. Después de un fallo garrafal de Gabi al comienzo de la segunda parte, tras una gran jugada de Ángel Lafita, el equipo se ha venido abajo y ha pecado de exceso se confianza. Así han llegado los dos goles del equipo visitante, el segundo en un fallo incomprensible del portero Carrizo, que es capaz de lo mejor y de lo peor. Tampoco me ha gustado Ponzio y toda la línea defensiva.
Mucho habrán de cambiar las cosas el próximo domingo si el Zaragoza quiere salir airoso del Camp Nou. Marcelino tendrá que mover mejor las fichas. Habrá que recordarle que tiene a dos internacionales de la cantera en el banquillo, que Goni está pidiendo paso y que hay un goleador en el Zaragoza B que se llama Alex. En fin, resultado agridulce el de esta tarde. Son dos puntos que no se deberían haber perdido nunca y que quizás los echemos de menos en las últimas jornadas. Pero la liga sigue y nos espera el tricampeón. A ver qué estrategia utiliza Marcelino para frenar a ese conjunto que juega y deja jugar, pero que está en otra dimensión.
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