UN VIAJE A LA MEMORIA
Acabo de leer en edición digital la novela El susurro de los árboles. Con ella, la periodista y escritora María Dolores García Pastor ha obtenido en 2009 el primer premio del VII certamen Yo Escribo.com. Tengo que confesar que es la primera obra que leo íntegramente en formato electrónico y que, a pesar de no estar muy habituado, me ha entusiasmado desde el primer momento.
La escritora catalana, licenciada en Ciencias de la Información, realiza en este conmovedor relato un viaje a la memoria, un viaje al dolor, un viaje al corazón de Chile.
Son varios los aspectos que quisiera destacar en esta narración: la autora recupera al contador de historias, ese anciano que vive en Arica y que le abre las puertas de la memoria a una inquieta buscadora de historias. Se podría hablar de una novela dentro de la novela, porque lo que impulsa la trama argumental es el propio proceso creador de la periodista, que aprovecha al cien por cien su viaje al país más largo del mundo. No podemos olvidar cómo va profundizando, con la inestimable ayuda de testigos privilegiados, en los hechos que desencadenaron el golpe militar del general Pinochet aquel fatídico 11 de septiembre de 1973 y la desaparición del líder democrático Salvador Allende.
"El susurro de los árboles nos librará de la desmemoria". Son las palabras finales de una novela que representan metafóricamente a esos testigos mudos que nos ayudan a recordar una tragedia que nunca se debería repetir. La reaparición de Roberto Rivas, gracias al esfuerzo de la protagonista, es sólo una gota de agua en medio del océano de torturas, secuestros indiscriminados, desapariciones, mentiras e hipocresía.
La lectura de El susurro de los árboles ha sido un nuevo aldabonazo a mi conciencia y a mi solidaridad con tantas familias de chilenos, que hace más de treinta años quedaron rotas por la tristeza y el dolor. Adela, la protagonista, me ha recordado a otros periodistas y escritores que han arriesgado su vida por la justicia y la verdad. Por la libertad. Los demás personajes representan a un pueblo solidario, hospitalario y casi resignado a convivir con el dolor. También he vuelto a comprobar cómo Pinochet tenía atenazados a los suyos y utilizó el soborno y toda clase de artimañas para convencer al mundo de la necesidad de una asonada que acabó con miles de vidas de jóvenes misteriosamente desaparecidos.
En la novela, escrita con un estilo ágil y sugerente, también aparece la amistad, la generosidad, el amor, el sacrificio,...Me quedo con esta frase de Víctor Jara: "El amor es un camino que, de repente, aparece". Y, como dice la protagonista, "El amor puebla cada rincón de este mundo y sólo es necesario que sepamos verlo y apreciarlo". Un amor que se debería expandir como ese susurro silencioso de los árboles plantados en el Parque de la Paz, en homenaje a los desaparecidos durante la dictadura de Pinochet.
3 comentarios
Jordan Spizikes -
Ainara -
María Dolores García Pastor -