LAS DOS LIGAS
Aunque ya se veía venir desde las primeras semanas de competición, los últimos resultados lo están demostrando con creces.Todos los amantes del balompié sabíamos hace tiempo que la liga era cosa de dos, pero lo que no esperábamos muchos es que, a estas alturas del campeonato, cuando faltan aún doce partidos por disputarse y treinta y seis puntos para sumar en el casillero, las distancias respecto al tercer clasificado - el Valencia - iban a ser tan abismales: nada menos que dieciocho puntos.
Ayer mismo se lo comentaba a un aficionado valenciano, antes de la derrota de hoy en el Camp Nou. Él hablaba de las aspiraciones de su equipo, aunque era consciente de que su objetivo máximo ya no era la liga, sino acabar como líder de la segunda liga, la de los equipos más normales, la de los clubes que pueden competir entre sí sin miedo a humillaciones a costa de los dos grandes.
Es verdad que el Real Madrid sufrió el miércoles su segundo fracaso de la temporada - después del "alcorconazo" - volviendo a ser apeado de la Liga de Campeones a las primeras de cambio. Pero el club blanco ha renacido como el ave fénix y ha apabullado al Valladolid en el estadio de la pulmonía. Lo mismo ha hecho el Barcelona con todo un Valencia. Como aficionado zaragocista, espero con ilusión la visita de este todopoderoso Barça de Guardiola. Con ilusión contenida, desde luego. Y con un cierto miedo a que volvamos a ser humillados en nuestro propio estadio. Es verdad que el Zaragoza se crece ante los grandes en la Romareda. Pero este año parece todavía más difícil derrotar al equipo culé. Muchos firmaríamos por un meritorio empate. Aunque puede saltar la sorpresa. Y las estadísticas están para romperlas. Un deseo: que triunfe el buen fútbol.
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