UN POEMA DE RAQUEL LANSEROS
La poeta gaditana Raquel Lanseros está abriendo día a día nuevos caminos con unas composiciones frescas, audaces, sólidas y penetrantes. En un gran gesto de generosidad, me ha enviado dedicados tres de sus libros de poemas más representativos: Diario de un destello (Colección Adonais, 2006), Los ojos de la niebla (Colección Visor, 2008) y Croniria (Hiperión, 2009), con el que obtuvo en diciembre de ese año el XIII Premio Internacional "Antonio Machado en Baeza".
Todos y cada uno de los poemas de esta última antología de Raquel Lanseros tienen un sabor especial, un aliento personal propio. Pero hoy, en esta tarde de bochorno veraniego, en este día teñido de un azul intenso, quiero compartir con los que os acercáis a menudo a estas páginas un poema de Raquel dedicado precisamente al gran poeta Antonio Machado que tanto disfrutó de la naturaleza, de los días azules y de las tardes dilatadas del verano castellano o andaluz.
22 DE FEBRERO
"Estos días azules y este sol de la infancia".
(Antonio Machado)
La poesía es azul
aunque a veces la vistan de luto.
Viento del sur escultor de cipreses
ahoga la tierra honda de dolor y de rabia.
Abel Martín, conciencia en desbandada
pájaro entre dos astros
nombrador primigenio de las cosas.
Juan de Mairena íntegro
espejo limpio donde se refleja
el rostro que tenemos de verdad.
Nos dejaste la vida
la palabra fecunda
la desnudez, la brisa.
Nos dejaste las hojas y el rocío
el mar
las instrucciones
para aprender a andar sobre las aguas.
Y después te marchaste.
Mejor dicho: te echaron a empujones.
Siempre molestan los ángeles perdidos.
Dicen que desde entonces en Collioure
no ha dejado jamás de ser invierno.
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