TERUEL EN AGOSTO
Cuando llega el mes de agosto, la Ciudad de los Amantes se viste de gala para recibir a numerosos visitantes. La mayoría de los que visitan Teruel en estos días estivales disfrutan del sabor medieval de sus calles y del clima envidiable de sus mañanas y de sus noches.
Con motivo de la asistencia al curso “Cómo acercar la Literatura a los jóvenes”, organizado por la Universidad de Verano y dirigido por la escritura Espido Freire, he vuelto a la capital de mi provincia. Esta ciudad que conocí a los cuatro años cuando, desde el viaducto, contemplé con alegría y asombro el primer tren.
Teruel ha cambiado mucho en los últimos años. Sus ciudadanos y ,especialmente, la plataforma social “Teruel Existe” han conseguido que esta capital de provincia sea mejor considerada desde Madrid y, poco a poco, vaya ocupando el puesto que le corresponde en Aragón y en España. De todos modos, aún queda mucho por hacer.
Uno de los logros de los últimos años ha sido la consolidación de una Universidad que descentraliza la de Zaragoza y se ha convertido en reclamo de numerosos estudiantes de la capital y de la comunidad vecina. El edificio es moderno, funcional y muy acogedor. En el vicerrectorado vamos a reflexionar durante cinco días sobre la Literatura clásica, sobre los símbolos, sobre cómo presentar a nuestros alumnos unas obras literarias adaptadas a la mentalidad del siglo XXI. Es una tarea cada día más ardua. Por eso hay que echarle imaginación al asunto. Espido nos guía con su experiencia como buena comunicadora y excelente escritora. Lo demás lo tendremos que poner en práctica en las aulas. Con entusiasmo, con afán innovador, con inquietud creativa.
Teruel es un marco ideal para estas jornadas y otra que se han desarrollado en julio y se van a realizar en septiembre. Los cursos de verano ya van por su XXVI edición. La oferta es muy diversa y la respuesta de los estudiantes y docentes muy positiva. Además, la ciudad del mudéjar brinda al visitante arte, historia, cultura y ocio. Todo para que el mes de agosto no sea uno más en la capital. Al filo del crepúsculo hemos comprobado que Teruel está vivo en agosto y que muchos turistas se detienen unos días a gozar de una buena temperatura veraniega y del latido cotidiano de sus calles, plazas y avenidas.
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