UN POETA DEL ENTUSIASMO
								
				
				Ha fallecido recientemente el poeta chileno Gonzalo Rojas, que siguió la estela de Pablo Neruda y de César Vallejo. Gonzalo Rojas - premio Cervantes en 2003 - representa la coherencia, el entusiasmo, el buceador en lo enigmático. Desde su humildad, va perfilando una trayectoria poética rica en matices y profunda en sentimientos, de corte surrealista y de posterior libertad creadora.
El mejor homenaje que podemos hacerle a este poeta es la lectura de sus versos. Por ello, plasmo el poema Carbón, en homenaje a su padre, que despierta mi sensibilidad y mi eterno cariño hacia el mío, también minero.
Carbón
 
 Veo un río veloz brillar como un cuchillo, partir
 mi Lebú en dos mitades de fragancia, lo escucho,
 lo huelo, lo acaricio, lo recorro en un beso de niño como entonces, 
 cuando el viento y la lluvia me mecían, lo siento 
 como una arteria más entre mis sienes y mi almohada.
 
 Es él. Está lloviendo.
 Es él. Mi padre viene mojado. Es un olor
 a caballo mojado. Es Juan Antonio
 Rojas sobre un caballo atravesando un río.
 No hay novedad. La noche torrencial se derrumba
 como mina inundada, y un rayo la estremece.
 
 Madre, ya va a llegar: abramos el portón,
 dame esa luz, yo quiero recibirlo
 antes que mis hermanos. Déjame que le lleve un buen vaso de vino
 para que se reponga, y me estreche en un beso,
 y me clave las púas de su barba.
 
 Ahí viene el hombre, ahí viene
 embarrado, enrabiado contra la desventura, furioso
 contra la explotación, muerto de hambre, allí viene
 debajo de su poncho de Castilla.
 
 Ah, minero inmortal, ésta es tu casa
 de roble, que tú mismo construiste. Adelante:
 te he venido a esperar, yo soy el séptimo
 de tus hijos. No importa
 que hayan pasado tantas estrellas por el cielo de estos años,
 que hayamos enterrado a tu mujer en un terrible agosto,
 porque tú y ella estáis multiplicados. No
 importa que la noche nos haya sido negra
 por igual a los dos.
 -Pasa, no estés ahí
 mirándome, sin verme, debajo de la lluvia.
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