QUERER ES PODER
Los resultados de las elecciones europeas de la pasada semana han convulsionado, contra todo pronóstico, el mapa político español. No sé si serán extrapolables para las próximas elecciones autonómicas y nacionales del próximo 2015, pero lo que está claro es que algo se mueve desde la base de la ciudadanía. Unos ciudadanos de a pie que ya están cansados de un infructuoso bipartidismo y quieren aires nuevos en la escena política del país.
Lo que más ha sorprendido a propios y a extraños - incluso a los mismos protagonistas - es la irrupción de un nuevo partido de izquierdas que ha aglutinado más de un millón de votos de jóvenes universitarios y de personas desencantadas y ha entrado con fuerza en el parlamento europeo con cinco representantes. Ha sido tal el terremoto político que en Aragón se ha convertido en la tercera fuerza después de los dos partidos tradicionales. Se denomina PODEMOS y, rompiendo una vez más con las tradicionales siglas, expresa en primera persona del plural de indicativo una intencionalidad clara, concisa y, por qué no, contundente.
No sé hasta dónde llegará este nuevo partido liderado por el profesor Pablo Iglesias. De momento todo son incógnitas y, sobre todo, precipitadas descalificaciones. Lo que está claro es que, tal como deseaban muchos, el movimiento 15M de hace tres años ha elegido el camino de las urnas y se ha lanzado al ruedo de la política activa. Todo un reto para estos jóvenes inquietos que rechazan la corrupción, que se enfrentan sin paliativos a las servidumbres del capitalismo y que se alinean con los más pobres y marginados.
A ver si el tradicional "Querer es poder" se convierte en uno de los lemas de este nuevo partido político. No estaría mal que reflexionaran y fueran autocríticos desde el primer momento. Y que, parafraseando el título de un artículo de Luis García Montero, se movieran con cautela y sin extremismos entre "La realidad y el deseo", tan cernudiano.
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