VERANO DE 2018 (I)
Después de casi año y medio sin escribir en estas páginas en blanco, vuelvo a darle vida a este blog. El tiempo avanza acelerado y ya estamos en la cuesta abajo de un nuevo verano caracterizado por las tormentas y el tiempo inestable. Todavía no se han reparado los daños que causó en Aliaga y sus alrededores al tremenda tormenta del pasado 27 de junio. El río Guadalope salió con tanto ímpetu que casi se lleva por delante el puente que da acceso al santuario de la Virgen de la Zarza. Las consecuencias sonn todavía evidentes, especialmente en la carretera que une Aliaga con Miravete. Al parecer, las administraciones no acaba de ponerse de acuerdo para reparar todas esas afecciones tan graves. ¿Hasta cuándo habrá que esperar? Ya hago referencia a ello en la Tribuna de Aragón Digital de hoy - www.aragondigital.es -. Me pregunto en este artículo qué pasaría si los daños hubiesen afectado a una carretera más importante y más rentable económicamente.
Los días pasan y el mes de agosto se va acercando a su fin. En Aliaga ya se están preparando para las próximas fiestas patronales. Tanto la comisión de fiestas como las peñas ya calientan motores. Este mes es el mes estrella para el turismo en la localidad. Lástima que las pasarelas que completaban la ruta senderista hasta Boca Infierno y después hasta Montoro hayan quedado seriamente dañadas debido a la citada riada. Habrá que esperar a que los políticos de turno terminen las vacaciones estivales y regresen a sus despachos para pensar, decidir y actuar. Es lo mínimo que se le puede pedir a un representante político.
Por lo demás, seguiremos a menudo con estas impresiones que reflejan el latido de los días y las inquietudes de cada momento.
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