DIVAGACIONES
Septiembre se deshoja entre calores, cierzos y paisajes resecos.
Se evapora septiembre y el otoño presenta su silueta con las primeras nieves en el Monte Perdido. Atrás quedaron ya los calores insolentes de las playas y los apacibles crepúsculos de Villanúa, joya del Pirineo.
Septiembre se desangra lentamente. Y sólo nos consuela el pequeño recuerdo de un pasado que anhelamos de nuevo. Porque la gravedad de la rutina nos invita a soñar con nuevas rutas preñadas de evasión y amaneceres. Y el otoño nos brinda otros placeres. Y quizás nos aporte agua del cielo como la que cayó por el Maestrazgo y dio vida a un lánguido Guadalope. Porque los pueblos sin río ya no son lo que eran.
Septiembre sabe a paz y a reencuentro. Y a rutina agridulce compartida.
Se evapora septiembre y el otoño presenta su silueta con las primeras nieves en el Monte Perdido. Atrás quedaron ya los calores insolentes de las playas y los apacibles crepúsculos de Villanúa, joya del Pirineo.
Septiembre se desangra lentamente. Y sólo nos consuela el pequeño recuerdo de un pasado que anhelamos de nuevo. Porque la gravedad de la rutina nos invita a soñar con nuevas rutas preñadas de evasión y amaneceres. Y el otoño nos brinda otros placeres. Y quizás nos aporte agua del cielo como la que cayó por el Maestrazgo y dio vida a un lánguido Guadalope. Porque los pueblos sin río ya no son lo que eran.
Septiembre sabe a paz y a reencuentro. Y a rutina agridulce compartida.
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ana a. -