ENTRE SARRIÓN Y CALAMOCHA

Regreso de vacaciones desde las cálidas - o menos frías - tierras valencianas. Autovía en obras, en eternas obras. Sólo podemos disfrutar de un tramo de poco más de cien kilómetros entre Sarrión y Calamocha, todos ellos en la todavía olvidada provincia de Teruel. La capital del Torico ya no se ve desde la autovía. Todo son viaductos y estepas semidesiertas. La desolación del paisaje y el vacío irreversible de pintorescos núcleos rurales. Soledad en Luco del Jiloca. Silencio en Burbáguena. Olvido en Báguena. Toda la ribera del Jiloca se muestra desolada en este inicio del invierno. Después, ya en la provincia de Zaragoza, nos recibe el cierzo - que releva a la niebla - y nos anuncia una tarde desapacible y una cabalgata de Reyes con guantes y gorro para tantos niños que aún se siguen abonando a los Magos, en lugar de al Papá Noel. Reyes amargos para esas familias que estos días han perdido a esos niños en Toledo, en Bilbao o en los Alpes alemanes. Desolación del paisaje turolense y un olvido eterno, a pesar de la autovía que enlazará Sagunto con Jaca, dejando a Teruel a la intemperie. Como siempre.