UN POEMA OLVIDADO
Mientras ordenaba mi despacho, he rescatado un poema que escribí a principios de 1998. Es como una modesta declaración de intenciones y como una defensa de la vida del poeta caracterizada por la honestidad, el compromiso y el afán de desentrañar la emoción de lo cotidiano. Aunque hoy no lo escribiría así, lo rescato tal como lo creé en aquel día de enero, hace ya doce años.
SER POETA
Ser poeta o mendigo o cualquier cosa,
ser, en definitiva, un hombre honesto
que se levanta audaz y enamorado
embriagado de luz azul del alba.
Ser poeta o bohemio o cualquier cosa
ser, en definitiva, un peregrino
tras las huellas austeras de Machado
o de León Felipe en el exilio.
Ser o no ser más que hombre sincero,
un hombre del montón de los mortales
- en el mejor sentido del vocablo -
si Dios y la Fortuna lo permiten.
Lo demás son postizos añadidos
que cual ropaje y frágil atavío
hemos de renovar día tras día
si no queremos ver cómo el hastío
nos devora por dentro sin remedio.
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belen -