EFEMÉRIDES

                                   

          Siempre es positivo y gratificante celebrar algún aniversario. Aunque lo mejor es celebrarlo en plena vitalidad y con la ilusión de emprender nuevas etapas. Este año el Instituto “Ramón y Cajal” – en el que trabajo – celebra su décimo aniversario. Parece que fue ayer cuando este centro educativo de educación secundaria comenzó su andadura, al transformarse de colegio de EGB a Instituto. Poco a poco el Centro ha ido creciendo tanto en cantidad – se construyó un nuevo pabellón para Bachillerato – como en calidad. Sus anteriores directores y todo su equipo de profesores han trabajado con tesón e ilusión para otorgarle un talante abierto, dialogante y liberal. Ahora sus casi cuatrocientos alumnos forman una mezcolanza de países y culturas que, paradójicamente, pueden enriquecer a los de aquí. De entre ellos, una cuarentena realizan dos años de Garantía Social de Integración y se preparan para un oficio y para integrarse en una sociedad cada vez más compleja y cualificada.  

          El “Ramón y Cajal” es un instituto nuevo comparado con otros de Zaragoza. Así, el “Medina Albaida” ya va a cumplir trece años de vida y parece que fue ayer cuando comenzó a ocupar los solares del antiguo gasógeno. ¡Cómo ha cambiado Zaragoza en estas tres últimas décadas! ¿Cambiará tanto de aquí al 2008? Es una pregunta difícil de responder. Aunque yo diría que no. Un rápido y casi acelerado cambio de cara no es lo mismo que un progresivo crecimiento en calidad y en cantidad. Y eso lo hacen los años. Al menos una década.