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josemarco

EL CAUDAL DEL EBRO

EL CAUDAL DEL EBRO

            Cuando el caudal del Ebro se incrementa por estas fechas, se nos ensancha el corazón. Pero, a pesar de todo, según dicen los expertos, la sequía continúa. Ya puede llover meses y meses. Ya puede haber nieve acumulada. Siempre faltará agua en las montañas y en el valle; en las aldeas y en la gran ciudad.

¿Cuál es el problema? Cada vez consumimos más, cada vez despilfarramos más, cada vez ahorramos menos agua. Y nuestros embalses no dan para tanto aunque se hallen casi al cien por cien. El desarrollismo está llegando a todos los rincones. Ya no sólo se queda en el Mediterráneo. Se anuncian apartamentos y urbanizaciones en aldeas de Huesca casi deshabitadas. Se quieren ampliar hasta el infinito las pistas de esquí. Y no se respeta el ecosistema de las montañas. Se proyectan campos de golf en Zaragoza, en Calatayud y en Huesca. Se especula sin cesar y se esquilma el paisaje.

¿Cuál es la solución? No se puede dejar todo en manos de los políticos. Hay que proponer desde abajo otras alternativas más fiables y ecológicas. Aunque suponga una renuncia o una vuelta de tuerca a este falso progreso que nos seduce cada día más.

            De momento, me contento con contemplar el caudal ancho y sosegado del Ebro, antes de que el estiaje lo vuelva a convertir en una caricatura de río.

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