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MIGUEL LABORDETA

MIGUEL LABORDETA

Hoy he visitado con mis alumnos de segundo de bachillerato en el Centro de Historia de Zaragoza varias exposiciones dentro del ciclo "Con la Voz y la Palabra". La que me ha llegado más adentro ha sido la de Miguel Labordeta, poeta aragonés, único, irrepetible, prematuramente fallecido. Su voz desgarrada, su aliento existencialista aún resuena en mis oídos. Y su inconformismo. Y su singularidad. Y su desarraigo. Y su impulso vital. Aún recuerdo el congreso celebrado en el Paraninfo de la Universidad en el año 1992. Todo un merecido homenaje. De todos modos, aún es el gran olvidado y desconocido. Mis alumnos conocían a José Antonio pero no sabían nada de Miguel.

Mi mejor homenaje son estos versos irrepetibles, que tantas veces ha recitado el cantautor José Antonio:

  RETROSPECTIVO EXISTENTE

Me registro los bolsillos desiertos
para saber dónde fueron aquellos sueños.
Invado las estancias vacías
para recoger mis palabras tan lejanamente idas.
Saqueo aparadores antiguos,
viejos zapatos, amarillentas fotografías tiernas,
estilográficas desusadas y textos desgajados del Bachillerato,
pero nadie me dice quién fui yo.

Aquellas canciones que tanto amaba
no me explican dónde fueron mis minutos,
y aunque torturo los espejos
con peinados de quince años,
con miradas podridas de cinco años
o quizá de muerto,
nadie,
nadie me dice dónde estuvo mi voz
ni de qué sirvió mi fuerte sombra mía
esculpida en presurosos desayunos,
en jolgorios de aulas y pelotas de trapo,
mientras los otoños sedimentaban
de pálidas sangres
las bodegas del Ebro.

¿En qué escondidos armarios
guardan los subterráneos ángeles
nuestros restos de nieve nocturna atormentada?
¿Por qué vertientes terribles se despeñan
los corazones de los viejos relojes parados?
¿Dónde encontraremos todo aquello
que éramos en las tardes de los sábados,
cuando el violento secreto de la Vida
era tan sólo
una dulce campana enamorada?
Pues yo registro los bolsillos desiertos
y no encuentro ni un solo minuto mío,
ni una sola mirada en los espejos
que me diga quién fui yo.


 

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