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josemarco

UN ESPACIO PARA LA LITERATURA

UN ESPACIO PARA LA LITERATURA

     Cuando se acerca un fin de semana invernal, sin compromiso alguno y con tiempo por delante, rescato mis libros casi olvidados en la estantería y vuelvo a mi pasión de siempre: la literatura.

     Esta semana ha estado marcada de modo especial por la literatura. Literatura en el aula, literatura en la biblioteca, literatura en la calle, literatura en Cálamo, literatura en la universidad, literatura en la red, literatura en la vida.

     Comenzó la semana con la lectura de algunos relatos y poemas del último número de la revista cultural Turia. El martes tuvo lugar en la librería Cálamo la presentación de Fotografías veladas, último libro de relatos de Antón Castro. El miércoles, dentro del programa Invitación a la Lectura, estuvo en el Instituto Ramón y Cajal el escritor madrileño Lorenzo Silva. El jueves contacté por correo electrónico con la joven promesa literaria África Vázquez, ganadora del premio de novela juvenil Jori Sierra i Fabra con su novela Con vistas al cielo para preparar un encuentro con los alumnos de primero y segundo de ESO, que se están leyendo la obra con mucho interés. Me ha respondido que vendrá con mucho gusto en marzo o abril. El viernes se habla también de literatura en la reunión anual de profesores de segundo de Bachillerato con los armonizadores de la selectividad. Se nos habla de cambios de cara al futuro, de nuevos planes, de proyectos inciertos. En el autobús dialogo sobre literatura con un profesor de la Universidad de Zaragoza. Compagina la docencia con la investigación literaria. Nos preguntamos por el futuro incierto de la Literatura. Y de las Humanidades.

     Esta tarde he dedicado unos minutos a leer mis blogs amigos, casi todos culturales y literarios. Nerea habla en sus últimas entradas de la literatura de los Siglos de Oro. Y del Lazarillo. Se va a Salamanca a contemplar lo que queda del toro de piedra que cita el autor anónimo. Tal vez le decepcione. Al menos, eso me pasó a mí. Pero Salamanca es una ciudad literaria y cultural. La literatura lo impregna todo. Merece la pena un viaje de fin de semana. En este mismo blog leo un breve y claro resumen el Plan Bolonia. Parece que las ideas de nuestros dirigentes políticos no van por el buen camino. Sólo buscan la rentabilidad económica. Todo se supedita a las empresas más rentables. Eso quiere decir - esperemos que no ocurra - que las Humanidades van a acabar postergadas, olvidadas, marginadas. Es una lástima que la literatura acabe así, sin espacio, sin apoyos, sin protagonismo.

     De momento, me voy a olvidar de esta controvertida ley y voy a comenzar este fin de semana literario con la lectura al alimón de Fotografías veladas, de Antón Castro y de algunos artículos de la revista Turia. La literatura se ha convertido en un espacio personal, al margen de leyes, normas y programas educativos.

1 comentario

Nerea -

El toro me decepcionó un poco, quería hacerme una foto en la misma posición que Lázaro... ¡y ahora no tiene cabeza! Qué pena.
Pero da igual. Paseé por el Huerto de Calisto y Melibea, estuve alojada en casa de una amiga en una bocacalle de la C/Greco, subí a la torre de la catedral, la casa-museo de Unamuno estaba al lado de la c/Calderón de la Barca, visité las universidades...

Fíjate si es una ciudad de siglos de oro que, estando de juerga, avanzada ya la noche, al cambiarnos a otro bar, me paré para hacerle una foto al cartel del nombre de la calle: Fernando de Rojas.

Sobre el Plan Bolonia, en fin, se ve que a la política no le interesa tener jóvenes con ideas propias...

Un abrazo.