FECHAS PARADÓJICAS
El 22 de diciembre ha sido siempre una fecha paradójica. Al menos, esa es mi modesta impresión. Alegría para unos pocos y desencanto para la mayoría. Dicen algunos que es el día de la salud. Yo diría que es el día de las buenas intenciones, de los deseos no cumplidos y de las promesas que quedan ahí pendientes.
Siempre me ha gustado la musiquilla de la lotería y el monótono canturreo de los niños de San Ildefonso. Me recuerda mi infancia. Me recuerda una época de sueños, de ilusiones y también de pequeños desencantos.
Hoy hemos descorchado unas botellas de cava para desearnos lo mejor todos los compañeros de trabajo. Necesitamos tranquilidad en la enseñanza. Necesitamos que los padres nos apoyen, que la sociedad nos apoye, que la prensa nos apoye. Ese es el auténtico deseo. Aunque no lo manifestemos en público. Porque el día a día nos sigue preocupando. Y hoy es un paréntesis con claroscuros: feliz para algunos y para los demás una mirada inquieta hacia el futuro.
2 comentarios
ana a. -
Javier López Clemente -