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josemarco

UN COFRE PARA ESTRENAR

UN COFRE PARA ESTRENAR

            Empezar un año supone estrenar un nuevo libro en blanco con 365 páginas que día a día hay que rellenar. Empezar el 2007 es como estrenar un cofre lleno de proyectos, previsiones, inquietudes y buenos deseos. Pero en el lado oscuro de este valioso cofre se pueden ocultar sorpresas inesperadas, sobresaltos repentinos, sentimientos ocultos y, por qué no, nuevas experiencias vitales.         

         Un cofre por descubrir, un libro para completar, un calendario que irá avanzando sin tregua, que irá dejando en el camino otras tantas hojas efímeras, como los antiguos tacos que arrancábamos de pequeños nada más surgir un nuevo día.    

        ¿Qué nos traerá el 2007? Son tantos los interrogantes, que difícilmente pueden plantearse en pocas líneas. En el ámbito internacional, ¿seguirá el conflicto irakí? ¿Continuará la difícil relación entre Israel y Palestina? ¿Cómo se afrontará el calentamiento global? ¿Cuál será la respuesta de los países desarrollados a la hambruna africana? ¿Cómo se solucionará el problema de la inmigración? A nivel nacional, el problema más importante será seguramente el del terrorismo de ETA. ¿Se avanzará en el proceso de paz? También habrá una cita en las urnas para las elecciones autonómicas y municipales. ¿Cómo quedará el mapa político a partir del mes de mayo? A nivel regional, todos confiamos en el avance de las obras de la autovía mudéjar; en la mejora de las comunicaciones; en la preparación de la Expo de 2008 dentro de los plazos previstos,…   

       Hay otros aspectos que me ilusionan al empezar el año: la publicación de mi tesis doctoral, la mejora del clima educativo, el inicio de Javier de los estudios de secundaria, la inauguración de la bodega taurina de mi hermano Pedro en Aliaga, los logros deportivos de la Unión Deportiva San José y, por qué no, los logros deportivos del Real Zaragoza.        

      Planes, proyectos, ilusiones, aspiraciones, esperanzas,…aunque todo dependerá de las sorpresas del día a día, de ese lado oculto del cofre que, cual tesoro escondido, puede relanzar nuestros sueños o, tal vez, apagarlos con la ceniza del desengaño. Lo importante, sin embargo, es vivir el presente con intensidad sin esa vana evasión hacia el futuro. Lo demás sería emborronar sin sentido estas 365 páginas o arrojar el cofre al fondo del mar.

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