DOS SEMANAS CONTRA RELOJ
Los líderes políticos autonómicos y municipales comenzaron anoche una intensa campaña para convencer a los indecisos y arañar algún voto donde sea y como sea. Ese es su trabajo durante estos quince días: mítines, entrevistas, encuentros con organismos, encuentros con el ciudadano de a pie, cenas de trabajo, debates... Todo en un clima que, por unos días, va a dejar de lado la crispación y va a teñirse de color verde, el verde de la esperanza, el verde de las promesas, el verde de esta primavera pre-veraniega.
Me pregunto si aún quedan indecisos. Me pregunto si las encuestas son fiables. Me pregunto si vale la pena tanto gasto en una campaña que se me antoja larga y repetitiva. También me pregunto si el ciudadano va a votar a las personas, a las ideas o a los proyectos. Los candidatos, en principio, aparecen con abiertas sonrisas y con piel de cordero. Las ideas difícilmente van a cambiar en dos semanas de campaña. Los proyectos son similares en la mayoría de los casos.
Tarea difícil para el líder político: convencer al que ya está convencido, proponer planes creíbles y fiables, ofrecer algo realista y asequible, huir de los triunfalismos, pisar más la calle, acercarse más al más reacio... De todos modos, la campaña auténtica ya empezó hace cuatro años. Y la próxima comenzará el 28 de mayo, un día después de las elecciones.
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