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josemarco

AINIELLE EN LA MEMORIA

AINIELLE EN LA MEMORIA

     No pude ver el documental del martes en Televisión Española sobre la despoblación definitiva del pueblo oscense de Ainielle. Pero conozco la historia de esta aldea abandonada y disfruté con la lectura de la excelente novela del escritor leonés La lluvia amarilla, inspirada en el abandono de este núcleo rural del Pirineo por su último habitante en 1970.

     Ainielle es, desde entonces, el símbolo de la despoblación y de la pérdida de identidad. No sé si tendrá la suerte de otros núcleos rurales aragoneses que se están recuperando gracias a la iniciativa de algunas asociaciones o de algunos particulares. Lamentablemente, hay muchos pueblos que siguen el camino de Ainielle. Un camino irreversible en la mayoría de los casos. La maleza, las zarzas, los animales salvajes se adueñarán en pocos años de lo que fueron casas solariegas, escuelas unitarias, molinos harineros o talleres artesanales. Los campos hace tiempo que se han quedado yermos y el paisaje se torna hosco y lleno de fragosidades.

    Como contraste casi brutal, la gente se arracima - incluso a veces se hacina - en las grandes urbes. Se busca la cultura, el ocio, buenos servicios médicos, grandes comercios, mejor educación. Pero nos alejamos de la naturaleza, del paisaje plácido, de las noches estrelladas, del murmullo de los torrentes, del rumor del viento. La memoria se transformará en olvido. Sólo quedarán algunas novelas que nos den fe de un pasado cada vez más remoto y algún documental como el de Reyes Ramos y Miguel Ángel Viñas que nos devuelvan a ese pasado. Lo contemplaremos con una cierta estupefacción, entre la nostalgia y el olvido.  

 

3 comentarios

juaniko -

K tristeza da ver esto, colegas. me se cae el alma a las patas.

Javier Guillén -

Yo solo pude ver los últimos 10 minutos del reportaje, pero un familiar lejano mío nació en ése lugar. Por cierto, hay alguna forma para tener una copia del programa?

tomaskino -

Ayer vi el documental, y un provoco en mi, una profunda tristeza. Nada mas acabar, me prometí a mi mismo, que visitaría Ainielle. Desde Barcelona, un Aragones que se ha visto obligado a dejar atrás su tierra, para trabajar en lo que estudió. Entalto Aragón!!!