JORNADA AGRIDULCE

Hay días que se presumen tranquilos, serenos, apacibles, como este primer martes de junio, todavía primaveral, con lluvia intermitente y relajante humedad en el ambiente.
Hay días que se adivinan con optimismo, que se sueñan sin sobresaltos, que se esperan con ilusión renovada para celebrar, compartir o simplemente recordar.
Hay jornadas que amanecen sin recovecos, abiertas de par en par a la esperanza, con soplo de paz y atmósfera de libertad.
Ese día, esa jornada, podría haber sido este 5 de junio. Pero, lamentablemente, quizás pase a la historia por todo lo contrario: por el anuncio de la ruptura de una tregua, por el resurgir de las amenazas y chantajes, por el regreso del miedo a espuertas, por la vuelta del terror indiscriminado y por una espada de Damocles apuntando a la cerviz de la democracia. Jornada gris, jornada negra, jornada de sabor agridulce.
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Antonio -