EL PESO DE LA INCERTIDUMBRE
Cientos de alumnos aragoneses han comenzado hoy la tan temida prueba de la selectividad. Muchos habrán llegado con horas de insomnio, con mucha ansiedad y con los nervios a flor de piel. Los motivos de esta situación no residen tanto en el tipo de prueba - mucho más asequible y racional que la antigua selectividad - ni en el contenido de las distintas materias - casi siempre previsible y bien orientado por los coordinadores y coordinadoras entre la Universidad y los Centros de Secundaria -. Lo peor de este maratón de dos días y medio es la incertidumbre, el temor al fracaso, el enfrentamiento a una situación distinta a la habitual, casi irrepetible.
Las estadísticas son claras y palmarias: en torno a un noventa por ciento de los alumnos y alumnas supera esta prueba con mayor o menor fortuna. Otro problema, que habría que matizar, son las notas de cada examen. Por lo general, las calificaciones de la prueba de selectividad favorecen al alumno que llega muy ajustado y perjudican al alumno brillante. Pocas veces estas notas igualan o superan a las del expediente de los dos cursos de bachillerato. La explicación es lógica: no es lo mismo jugárselo todo en una hora y media que en nueve meses de trabajo y de superación. De todos modos, casi todos los alumnos suelen salir satisfechos. Y la mayoría no dudan en reconocer que podrían haber hecho bastante más desde septiembre a mayo. Ya sabemos que los acelerones de última hora no suelen ser muy buenos. Pero eso entra, al parecer, en el carácter hispano: demasiado improvisador y propenso a los impulsos de última hora.
Mientras escribo estas líneas, los estudiantes estarán terminando la segunda prueba del día. Normalmente predominan las sonrisas sobre las lágrimas. Todos pensarán ya en el próximo examen. Aunque la mayoría soñarán con el día 14 por la tarde y, sobre todo, con el día 21, cuando les comuniquen que están aptos y que pueden acceder a la Universidad. Luego llegarán otros problemas: ¿qué carrera van a poder elegir? ¿tendrán la media suficiente? De nuevo, el peso de la incertidumbre. Como la vida misma.
1 comentario
Javier López Clemente -
Salu2 Córneos.