SEMANA GRANDE EN ZARAGOZA
Mientras se aproximan los días centrales de las Fiestas del Pilar 2007, Zaragoza capital se ha convertido desde el pasado sábado en una ciudad de contrastes. Para los que vivimos en barrios tranquilos - como el de Las Fuentes, a media hora del centro, - las celebraciones en honor a la patrona de Zaragoza pasan tan desapercibidas que ha sido uno de los fines de semana más tranquilos. Si no fuera porque las peñas "El Almuerzo" y "Los que faltaban" animan alguna de las calles con tradicionales verbenas nocturnas, pensaríamos que vivimos alejados de la capital. Todo tiene su cara y su cruz y, en este caso, los pequeños establecimientos hosteleros de los barrios comprueban cómo la clientela se desplaza masivamente hasta el centro. Además, el entorno del parque Torre Ramona ha quedado sin sus tradicionales atracciones para los niños y en entorno de Miguel Servet se ha quedado sin el Ferial. Sólo la carpa Interpeñas sirve de reclamo para miles de jóvenes al final de cada jornada festiva.
El contraste se evidencia más si uno se atreve a dar un paseo por Independencia o por la Calle Alfonso. La aglomeración de personas es tal que a veces resulta casi imposible circular por las aceras y hay que tomar la calzada o lo que venga por delante. Sin embargo, donde las aglomeraciones se convierten en caos de público es en la plaza del Pilar. Basta que un concierto sea gratuito, basta que acompañe el buen tiempo para que los zaragozanos de a pie se encaminen hacia este lugar amplio y espacioso y lo conviertan en pocos minutos en un callejón sin salida, en una ratonera, en una mezcla explosiva de entusiasmo, angustia y claustrofobia. Pero, como dice el refrán, "sarna con gusto no pica" y así seguiremos en las citas que faltan hasta el día catorce. Ya llegará el largo invierno con su rutina y monotonía. Los contrastes son buenos y el ambiente festivo es extraordinario. El largo fin de semana que se avecina traerá diversión para todos los gustos y colores. De momento, una nota alta para el preludio de las fiestas después del pregón.
1 comentario
Antonio -
A mi me entra agorofobia sólo de pensarlo.
¡Abrazos José María!