¿EDUCAR O PROHIBIR?
Donde no llega la educación, suelen llegar las prohibiciones. Pienso que no es bueno prohibir por prohibir, ni prohibir porque sí. Incluso cuando hay razones de peso para prohibir, hay que pensárselo dos veces. Prohibido prohibir - decían los manifestantes de mayo del 68. Es verdad que no se pueden dejar las puertas abiertas al libertinaje, que la libertad de unos llega hasta el límite de los derechos de los demás. Todo esto lo sabemos de memoria. Pero hay situaciones en las que se deben tomar decisiones consensuadas, aunque vayan a contracorriente.
En las grandes ciudades se está generalizando el hecho de divertirse en la calle. Este legítimo afán de diversión corresponde, como es natural, a los jóvenes y adolescentes. Se trata de divertirse por la noche, de apurar la madrugada, de exprimir al máximo los efímeros fines de semana. Y para que la fiesta al aire libre sea más completa, recurren al alcohol y a algunas "pequeñas" drogas. Estos encuentros festivos se realizan preferentemente en los parques y zonas verdes de las grandes ciudades. Los jóvenes huyen de las aglomeraciones, de los espacios con humo y ruido, del intenso tráfico y del asfalto de la ciudad. Buscan, además, un tipo de diversión económica y un ambiente de total libertad. Hasta aquí, todo muy legítimo. Lo que ocurre es que, a pesar de las advertencias, a pesar de las ordenanzas, a pesar de la cercanía de contenedores, el rastro que queda en los parques y jardines es lamentable. Por eso algunos ayuntamientos están buscando una solución a este problema que afecta a los vecinos, a los niños, a los ancianos y a toda la población en general.
Los alcaldes no saben qué hacer. Los padres no comprenden la actitud de sus hijos. Los ancianos no pueden sentarse en los bancos de los parques los sábados y domingos por la mañana. Los niños no pueden usar con tranquilidad los columpios y toboganes. La mayoría pasean con recelo y con cierta indiferencia ante las bolsas, botellas y residuos abandonados en los parterres y las aceras. El personal de limpieza de los municipios trabaja a destajo los domingos por la mañana. Sin embargo, todos sabemos cuál es la raíz del problema. Lo difícil es encontrar una solución. ¿Una alternativa a este tipo de ocio? ¿Una educación en el tiempo libre desde la infancia? ¿Una potenciación de la Educación para la Ciudadanía en los colegios e institutos? Es difícil hallar la solución perfecta. Pero algo habrá que hacer. Es mucho mejor educar que prohibir. Pero pueden existir alternativas intermedias: diálogo, consenso, reflexión,... Todo menos quedarse con los brazos cruzados.
4 comentarios
Pavoguze -
Cbuwunedud -
Sergio -
Mi dirección e-mail es:
nightwisher-x@hotmail.com
De nuevo muchas gracias.
Javier -
http://blogs.periodistadigital.com/electroduende.php/2007/09/19/emiliocalatayud_menores8794
Abrazos