INQUIETUD ENTRE LOS VECINOS DE ALIAGA
Una oleada de robos en las dos últimas semanas ha creado una más que justificada inquietud entre los pocos habitantes que permanecen en Aliaga durante los meses más crudos del invierno. Aunque parezca paradójico, los presuntos ladrones buscan un botín - casi siempre insignificante - en la soledad de los pueblos o en el aislamiento de las masadas. Quizás busquen el aislamiento y se quieran aprovechar de una menor vigilancia. Ya habían ocurrido sucesos similares en otros pueblos de la provincia de Teruel, pero en Aliaga nunca se habían encadenado hechos de este tipo en tan pocos días. ¿Quiénes son los autores de estos robos?
Da la impresión de que estamos volviendo a épocas aparentemente ya olvidadas. Lo más curioso es que, al parecer, no se trata de delincuentes noveles o debutantes. Estos cacos del siglo XXI saben muy bien lo que hacen, dónde acuden y en qué momento pueden actuar. Eso sí, afortunadamente, su profesionalidad en el oficio delictivo está aún por demostrar porque, si surge el más mínimo imprevisto, abandonan el escenario del robo y huyen con un miserable botín.
Es lamentable que se haya creado un clima de inseguridad entre los pocos vecinos que viven en Aliaga, la mayoría jubilados. Y lo peor de todo es que, si no se atajan pronto estos intentos de apropiarse de la propiedad ajena, pueda llegar el día en que los ladrones se vean tan acorralados que opten por dañar física o mentalmente a cualquiera de esas personas que buscan la tranquilidad. ¿Tomará medidas la guardia civil? ¿Seguirá la pista de estos delincuentes? Esperemos que así sea. De lo contrario, la inquietud y el miedo se pueden extender como mancha de aceite a otras poblaciones de la comarca.
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