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josemarco

TARDE DE PODA EN ALIAGA

TARDE DE PODA EN ALIAGA

     La primavera parece querer anticiparse en este valle turolense. La tarde es plácida, serena, adolescente. Sopla una pequeña brisa a la orilla del río La Val, que murmura humildemente antes de confluir con el río Miravete y emprender juntos la aventura del Guadalope hasta las aguas del Ebro en Caspe. Tarde de poda en Aliaga. Estos días de asueto nos permiten compaginar el descanso con esta actividad casi lúdica pero exigente. Me sujeto a una de las ramas con un arnés y, hacha en mano, comienzo a eliminar aquellas ramas que no van a llegar a nada. Caen al suelo sosegadas, rendidas. Nadie las recogerá, como se hacía antaño. Antes se rebuscaban hasta las más pequeñas para alimento de nuestras estufas en invierno.

     De frente contemplo el barrio de Santa Bárbara, casi deshabitado en estos meses invernales. El río - más bien aprendiz de río - alegra el paisaje amarronado y surca de lado a lado las casas bajas de lo que fue un barrio minero bullidor durante los años cincuenta y sesenta. A mi espalda, el castillo semiderruido. Es la cara más oculta de esta fortaleza que jugó un papel importante durante las guerras carlistas. Después se fue desmoronando. ¿Llegarán tiempos mejores de restauración?

     Desde lo alto del chopo - carcomido por dentro como el olmo machadiano - contemplo la tarde serena y reflexiono sobre el paso del tiempo. En estos pueblos parece que el tiempo se ralentiza, que las horas se multiplican por dos. Algún coche surca veloz la vecina carretera en dirección a Teruel o a Zaragoza. Poco más abajo, un agricultor prepara con mimo la tierra para la próxima siembra. De vez en cuando dirige la mirada hacia el cielo. La lluvia no acaba de llegar a estos valles. Casi no ha llovido nada desde la pasada primavera. Y las fuentes lo notan, los ríos lo sufren y el monte muestra, de momento, su cara más triste. Sólo el verdor de una pequeña pineda da una nota de vida al paisaje. Porque la primavera llegará algo más tarde, como la de Soria en los poemas de Machado. Todavía vendrán algunas heladas. ¿Volverá, por fin, la tan ansiada lluvia?

3 comentarios

miravete -

EL LLAMADO RIO MIRAVETE,AUNQUE VIENE DE PASAR POR MIRAVETE,EN REALIDAD ES EL GUADALOPE

Antonio -

Tiene que llover, tiene que llover, tiene que llover a cántaros...

Luis Antonio -

No conozco a nadie que haya escrito tanto y tan bien de Aliaga como tú. Te felicito, José María y espero que estas vacaciones de Semana Santa te hagan mucho bien. Un abrazo