EDUCAR CON RESPONSABILIDAD
El pasado viernes por la tarde estuvo en Zaragoza el famoso juez de menores Emilio Calatayud. Impartió una conferencia en el Instituto Pablo Gargallo del barrio de San José. El acto estuvo organizado por la Agrupación Cesaraugusta y fue presidido por su presidenta, Pilar Tello; por el Director del Centro, Ángel Puyuelo; por Javier Fernández, Delegado del Gobierno en Aragón y por Ana Isabel Ayala, Directora Provincial de Educación, Cultura y Deporte.
Emilio Calatayud (Ciudad Real, 1955) es un magistrado español conocido por sus sentencias ejemplares. Pero no sólo es conocido por sus sentencias educativas. Sus acertadas y demoledoras intervenciones sobre temas educativos pueden servir de orientación tanto a padres como profesores en la tarea, cada vez más compleja y difícil, de educar a nuestros jóvenes y adolescentes.
Voy a obviar lo anecdótico - que dota de amenidad a todas sus conferencias - y voy a plasmar algunas ideas que el juez de Granada expuso durante una hora en un salón de actos abarrotado. Calatayud hizo hincapié en lo siguiente:
- Hay que educar a los menores en sus deberes, no sólo en sus derechos.
- En el tema de la educación de los menores somos responsables todos.
- La familia sigue siendo la base de la sociedad.
- Hemos pasado en 30 años de un extremo a otro: de ser un padre autoritario a ser un colega de los hijos.
- Hemos pasado de ser esclavos de nuestros padres a ser esclavos de nuestros hijos.
- Hay que recordar el artículo 155 del Código Civil: habla de la obediencia y respeto de los hijos hacia sus padres.
- La escuela debe ponerse las pilas y contratar a buenos profesionales para resolver los conflictos.
- Hay un clima de hipocresía social respecto a problemas muy preocupantes: el alcohol, las drogas, la ludopatía y las dependencias del teléfono móvil o de internet.
Entre otras sugerencias, habló de la conveniencia de volver a las Escuelas de padres. Insistió en la importancia de devolver el principio de autoridad al profesor. Puso en tela de juicio las expulsiones de los colegios o institutos. Enumeró varias de sus sentencias ejemplares e insistió en la contribución de los hijos, desde pequeños, a las cargas familiares.
Eso sí, dejó claro desde el principio que sus opiniones eran discutibles y que todo lo que iba a exponer partía de su dilatada experiencia como juez de menores, como ciudadano y como padre.
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