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josemarco

UN NADAL AGRIDULCE

UN NADAL AGRIDULCE

     La periodista y escritora Maruja Torres (Barcelona, 1943) obtuvo anoche el premio Nadal de narrativa, que concede la editorial Destino. Un premio que va ya por su 65 edición y que comenzó ganando otra novelista afincada en Barcelona, Carmen Laforet, con la novela Nada. Maruja Torres - que reside en Beirut desde hace cuatro años - se ha consolidado como una excelente periodista y como una narradora comprometida. Con su novela Esperadme en el cielo, la autora inicia un viaje "fantasmal" al más allá y se reencuentra con dos grandes amigos, ya fallecidos: Terenci Moix y Manuel Vázquez Montalbán. A partir de esta ensoñación Maruja hilvana los recuerdos y trenza la memoria de tantas vivencias compartidas en el barrio barcelonés del Raval o en el madrileño parque del Retiro. Maruja confesó anoche después de recibir el galardón, que era un Nadal agridulce porque evoca la ausencia de dos amigos y porque, si no hubieran fallecido, no habría escrito esta novela.

     Tuve la suerte de compartir unas horas con Maruja Torres hace cuatro años. Estuvo en el instituto "Ramón y Cajal" de Zaragoza con los alumnos de bachillerato. Se mostró natural, crítica, incisiva y con gran sentido del humor. Nos desveló su faceta de periodista y su intención de publicar alguna nueva novela. Había obtenido recientemente el premio Planeta con su obra Mientras vivimos y acababa de publicar la novela Hombres de lluvia. A los alumnos les impresionó la personalidad de esta escritora y su capacidad para comunicarse. La periodista barcelonesa no tuvo inconveniente en prolongar su estancia en Zaragoza. Confesó que se sentía muy a gusto y que estos encuentros literarios le ayudaban a romper con la rutina de columnista o colaboradora en distintos medios de comunicación.

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