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josemarco

CAZA DE BRUJAS

CAZA DE BRUJAS

     Afortunadamente, no estamos en la Edad Media y, por suerte, hemos superado esos siglos oscuros de la Edad Moderna europea - siglos XVI y XVII - marcados con el sello de la Inquisición y abocados irremediablemente a la condena, el desdén, la frustración, la hipocresía y el fanatismo.

    En los albores del siglo XXI parecía que se habían superado los fanatismos y daba la impresión de que los grupos políticos y los colectivos sociales habían llegado a lo que se suele llamar "madurez democrática". Pero, por desgracia, no es así. Tanto a nivel internacional como en el marco nacional, autonómico o local se ha instalado una actitud carroñera que no conduce a ninguna parte. Todo son acusaciones de unos contra otros. Los trapos sucios se airean en los medios de comunicación con demasiada frecuencia. Y la crítica sistemática, sesgada y partidista ha dejado en la cuneta a la sana autocrítica que, en la mayoría de los casos, brilla por su ausencia.

     Bastan dos ejemplos muy recientes, e incluso actuales, para ilustrar esta nueva versión de la "caza de brujas". Mientras la crisis económica está golpeando a todas las clases sociales, algunos políticos se entretienen en debatir sobre la conveniencia o no de la participación de un ministro en una cacería de un fin de semana. Ríos y ríos de tinta. Palabras y palabras que se llevará el viento. Mientras la crisis agrieta los cimientos de esta sociedad pseudocapitalista, en una ciudad española no cesan de debatir sobre la conveniencia o no de bautizar una calle con el nombre de un santo popular y polémico.

     Está claro que así no se arregla un país. Más que pedir dimisiones, hay que dialogar con más sensatez y serenidad. Más que preocuparse de los problemas de la casa ajena, hay que solucionar los de cada uno. Más que desviar la atención hacia polémicas partidistas e interesadas, hay que afrontar de cara la realidad de una sociedad cambiante, plural y lastrada por una crisis que la mayoría no sabe ni por qué ha venido ni cuándo desaparecerá. Lo demás son parches, paños calientes, ruido de sables, caza de brujas, puro veneno.

 

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